Un fatal accidente conmocionó a California, Estados Unidos el pasado viernes 6 de septiembre, cuando una menor de tres años falleció al interior de un vehículo producto de un golpe de calor. La niña se encontraba en compañía de su madre, quien actualmente enfrenta los cargos de homicidio involuntario y negligencia grave de un menor.
Sin embargo, casi una semana después de lo sucedido, el padre de la víctima explicó a través de una entrevista con el medio norteamericano People, que la madre de la menor, identificada como Sandra Hernández-Cazares, quien tenía altos índices de alcohol en su cuerpo al momento de ser encontrada junto a su hija, "jamás le habría hecho esto a su hija a propósito".
Y es que la mujer habría cambiado considerablemente después de que en 2012 sus dos hijos mayores de 9 y 5 años fallecieran luego de ser atropellados por un conductor que manejaba en estado de ebriedad, arrollando la carpa en la cual la familia acampaba en Dakota del Norte. "Sandy era una buena mamá cuando estaba bien", agregó su exesposo y padre de sus cuatro hijos.
Sandra pedía mayores castigos para conductores ebrios
A raíz del accidente que le arrebató la vida a sus dos hijos, es que tanto Sandra como su exesposo, Juan Ruiz, iniciaron una lucha para conseguir mayores penas de cárcel para los conductores que manejan en estado de ebriedad.
En ese mismo accidente es que el papá de los niños sufrió el colapso de un pulmón, con lo cual también estuvo en riesgo su vida. "Deberían haberme dejado morir ahí también, así no estaría pasando por esto de nuevo", declaró durante la entrevista.
Fue justamente después del accidente que la pareja decidió reiniciar su vida y tener dos hijos más, la víctima de tres años y su hermano de cinco, quien de acuerdo a lo declarado por su padre "aún no sabe que su hermana murió (...) esto va a ser muy difícil para él. Si quiero que mi hijo salga de esto, tengo que estar aquí para él, mi hijo me necesita", confesó.
A pesar de todo lo sucedido, Ruiz enfatizó que no quiere que la madre de sus hijos sea "denigrada", asegurando que "ella necesita ayuda, nunca habría hecho esto a propósito. No quiero que la gente la odie. Dejénme el odio a mi", finalizó.
Arriesga 12 años de prisión
Actualmente Hernández-Cazares se encuentra detenida en un centro penitenciario de California, enfrentando los cargos de homicidio involuntario y negligencia grave de un menor. Su fianza fue fijada en $150 mil dólares, la cual será revisada el próximo 1 de octubre. Por ambos cargos la mujer enfrenta una condena de hasta 12 años.
El fiscal a cargo del caso, Todd Spitzer, también se refirió al fallecimiento de los hijos de Sandra, y lo que esto pudo haber causado en ella, destacando que es "una madre a la cual le fue robada la posibilidad de ver a sus dos hijos crecer por la decisión egoísta de un extraño, y que ahora debe vivir con el hecho de que nunca podrá ver a su pequeña niña crecer por las decisiones que tomó".