Un trágico hecho se registró en California, Estados Unidos, esto después de que una niña de tres años muriera producto de haber estado encerrada al interior de un vehículo cuando se reportaron 40 grados de calor. De acuerdo a la información policial, la menor se encontraba inconsciente junto a su madre en el auto, por lo que fueron trasladadas hasta un centro asistencial, sin embargo se estima que la niña llevaba horas fallecida antes de que la policía llegara al lugar.
El accidente se reportó a las 16:30 horas el pasado viernes 6 de septiembre en la localidad de Anaheim. Ambas fueron encontradas por familiares, quienes en primera instancia sacaron a la niña para poder realizar maniobras de primeros auxilios y luego ser trasladadas hasta un centro asistencial. Por otro lado la madre se encuentra acusada de homicidio involuntario y el delito grave de negligencia infantil, reporta el medio norteamericano People.
Los primeros reportes de la policía indicaron que la causa de la muerte de la niña se debe a un golpe de calor, sin embargo se realizará una autopsia para poder confirmar esto, además de determinar la hora de su deceso. También informaron que al interior del auto encontraron botellas de alcohol vacías, lo que podrían indicar que tanto madre e hija llevaban días encerradas antes de que la familia las encontrara.
Sus familiares iniciaron la búsqueda de ambas después de un llamado de la escuela de su otro hijo de 5 años, avisando que nadie lo había ido a buscar al colegio, lo que inmediatamente encendió las alarmas.
Según el reporte policial, la mujer contaba con un nivel de alcohol en sangre "cuatro veces superior a lo permitido por la ley". Actualmente se encuentra detenida bajo fianza de $150 mil dólares, y enfrenta una condena de 12 años de prisión.
"Ella nunca hubiera hecho esto"
El padre la niña, quien se refiere a ella como "su princesa", comentó al medio antes mencionado que su exesposa "nunca le hubiera hecho esto a su hija a propósito", y que la mujer cambió mucho después de que sus dos hijos mayores fallecieran en 2012 tras ser atropellados por un hombre que manejaba en estado de ebriedad.
En esta misma línea, es que Todd Spitzer, fiscal a cargo del caso definió el caso como "una madre a la que le fue arrebatada la posibilidad de ver crecer a sus dos hijos por la acción egoísta de un extraño, tendrá que vivir toda la vida con el hecho de que nunca verá crecer a su pequeña niña por las acciones que tomó".