Dos hermanos que son pareja y tienen dos hijos, buscan casarse en España, algo que se encuentra prohibido en el código civil de dicho país.
Esta es la historia de Daniel y Ana Parra, ambos comparten el mismo padre, pero hasta que fueron adultos jamás se habían visto.
Lo anterior debido a que a Ana su padre la abandonó cuando ella era pequeña. Con los años supo que tenía un hermano, pero nunca lo buscó. A pesar de ello, siempre tuvo la curiosidad de conocerlo.
Por su parte, Daniel indicó a El Español que "alguna vez me habían dicho que quizá tenía una hermana por ahí, pero mi padre nunca me lo contó, era algo que quiso ocultar", asegurando que "nunca quise buscarla".
En ese entonces, a través de redes sociales, la mujer de 20 agregó al muchacho de entonces 17 años, con un perfil anónimo en el que no se enterara del apellido que compartían en común. Sin embargo con el pasar de los días esta le terminó confesando todo.
"Descubrimos que estábamos tan cerca que era casi un milagro que no hubiésemos coincidido", señaló Ana.
Tras esta confesión, ambos se conocieron en persona en la que "nos dimos un abrazo y nos dio por reírnos. Fue una situación muy rara", agregó.
"Intentamos mantener esa relación de hermanos, que es lo que marcan los cánones, pero nosotros no lo sentíamos así. No existía ese sentimiento fraternal. Yo conocí a una chica que me decían que era mi hermana y que tenía los mismos gustos que yo y que me lo pasaba muy bien con ella, pero no la podría catalogar como a una hermana", explicó Daniel.
Incluso ,Ana accedió -por petición de Daniel- a conocer a su padre, aunque dejó en claro que "yo ya no necesitaba un padre, aún así lo conocí por darle una oportunidad y por quitarle a Dani un peso de encima. La verdad es que ese señor no me ha demostrado nada nunca".
En medio de todos estos encuentros, ambos comenzaron a sentir más cosas que solo amor fraterno. "Nosotros nos queríamos darnos cuenta, nos enfadábamos con nosotros mismos porque nos costaba admitirlo y romper con ese tabú: somos hermanos aunque no lo sintiéramos así", señaló la mujer.
No fue hasta que cuándo salieron de fiesta que ambos se besaron, algo que inmediatamente después les dio vergüenza.
A pesar de lo anterior ambos lucharon por sortear estas barreras ya que lo que sentía uno por el otro era más fuerte. "Al final nosotros teníamos una barrera mental, impuesta por la sociedad, pero la realidad es que somos dos jóvenes que un día se conocen y se enamoran", indicó Ana.
"La sociedad se rige por unas normas morales y nuestra moral, en el fondo, nos impedía dar ese paso. Y es una tontería, ya que, si lo piensas, nuestra relación es como cualquier otra excepto por un libro de familia que dice que somos hermanos de sangre", agregó Daniel.
Tras un viaje a Londres decidieron contar la noticia a todo el mundo en un programa de televisión a Barcelona, algo que les valió críticas por parte de la comunidad.
A pesar de lo anterior ellos siguieron juntos en su relación y tuvieron dos hijos, que actualmente tienen tres y cinco años. Sin embargo, por las leyes de su país, estos no se pueden casar, ya que el Codigo Civil prohíbe el matrimonio entre parientes directos, aunque el incesto no es considerado delito desde 1978.
"En Suecia, por ejemplo, sí que nos dejarían casarnos. Hemos hablado con alguna abogada y nos dicen que no sería tan difícil, pero es mucho tiempo y dinero", aseguraron.
Cabe señalar que la pareja además dejó en claro que a pesar de su historia, estos no reivindican las relaciones amorosas entre hermanos.
"Nosotros no hemos dicho nunca que la relación de amor entre dos hermanos sea algo natural, simplemente contamos nuestra historia personal, no reivindicamos nada. Nos ha pasado esto, es algo inusual y ya está, pero mucha gente piensa que estamos locos por defender este tipo de relaciones y que atentamos contra la moral, y no es así, solamente contamos lo que nos ha pasado", explicó Dani.