La violencia escolar volvió a conmocionar este jueves a Estados Unidos, después de que un estudiante de la Universidad Estatal de Florida asesinó a dos personas e hirió a otras seis al disparar una pistola que pertenecía a su mamá, una agente de policía.
El tiroteo se produjo alrededor del mediodía de este jueves en el campus universitario, en el que estudian cerca de 40.000 personas, que recibieron la orden de refugiarse y mantenerse aisladas por cerca de tres horas, mientras se aseguraba el recinto.
El supuesto tirador fue identificado como Phoenix Ikner, de 20 años, un estudiante de ciencias políticas de la universidad, hijo de la alguacil Jéssica Ikner, quien tuvo acceso a una de sus armas, según informó en una conferencia de prensa el sheriff del condado de Leon, Walt McNeil.
En total, nueve personas, incluyendo el tirador, recibieron disparos, aclaró Revell en la conferencia de prensa tras una confusión en los datos de las personas heridas.
El sospechoso fue trasladado al hospital e invocó su derecho a no hablar cuando fue puesto bajo custodia policial, añadieron las autoridades.
"Este suceso es trágico en más sentidos de los que ustedes, los presentes, podrían imaginar desde la perspectiva de las fuerzas del orden", advirtió McNeil.
"Pero les diré algo: nos aseguraremos de hacer todo lo posible para procesar y de enviar el mensaje a la gente de que esto nunca se tolerará aquí en el condado de Leon, y me atrevo a decir, en todo el estado y en todo el país", sostuvo.
McNeil se refirió a la madre del tirador como una alguacil que ha prestado un servicio “excepcional” a la comunidad por más de 18 años.
Un perfil de Instagram que parecía pertenecer a Ikner, pero que ya fue eliminado, mencionaba que es estudiante de tercer año en Ciencias Políticas de la FSU. Se autodescribía como viajero, amante de la historia y adicto al café.
Conmoción y tristeza
El presidente de FSU, Richard McCullough, dijo esta tarde en un comunicado que la comunidad universitaria está desconsolada. “Nos unimos al duelo con las familias, amigos y seres queridos de quienes perdieron la vida. Acompañamos a los heridos y acompañamos a todos los que sufren”, ahondó.
Sobre el tiroteo, el presidente estadounidense, Donald Trump, dijo a los reporteros en el Despacho Oval que "es una vergüenza y es horrible que este tipo de cosas pasen", pero descartó hacer cambios al acceso de las armas.
Por su parte, el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis, advirtió -en un mensaje en X- que las autoridades estaban respondiendo “activamente” a la situación y que oraba por las víctimas.
El presidente de la Cámara de Representantes de Florida, Daniel Pérez, calificó el incidente como "aterrador y la peor pesadilla de cualquier padre".