Diputados de diversos partidos políticos, incluyendo a Renovación Nacional y el Partido Socialista, unieron sus fuerzas para firmar un acuerdo trascendental en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Este acuerdo, titulado "Por la democracia, los derechos humanos y por la no violencia política", marca un hito en la búsqueda de consenso y unidad en un escenario político caracterizado por la polarización.
Este documento representa el primer acuerdo transversal entre parlamentarios de diferentes fuerzas políticas, ya que los intentos del gobierno de Chile Vamos por lograr una iniciativa similar fracasaron cuando este último bloque lanzó su propia versión del acuerdo.
En total, 15 parlamentarios de diversos partidos, entre ellos Alberto Undurraga, Francisco Undurraga, Diego Schalper, Andrés Longton, Jorge Guzmán, Joanna Pérez, Erika Olivera, Eric Aedo, Helia Molina, Raúl Soto, Tomás Lagomarsino, Alexis Sepúlveda, Vlado Mirosevic, Daniel Melo y Raúl Leiva, se sumaron a esta histórica declaración.
La declaración conjunta establece: "Todos reconocemos tener miradas diversas acerca del pasado, pero nos asiste la convicción que, sin renunciar a nuestras visiones acerca del quiebre de la democracia, debemos procurar un acuerdo por el futuro de Chile que ponga la razón, nuestros corazones y nuestra acción política y social en el porvenir".
Asimismo, el acuerdo se centra en tres ejes fundamentales: el compromiso con "más y mejor democracia", el "respeto y promoción de los derechos humanos", y la firme oposición a la violencia política.
En este sentido, los diputados "manifestamos nuestro compromiso con rechazar cualquier expresión de violencia como medio o instrumento de acción política. Esto supone dotarse, siempre y bajo cualquier contexto, de medios pacíficos e institucionales para abordar y resolver toda controversia. Además, implica abrazar la seguridad como un amplio principio que se traduce en no padecer agresiones, vivir en medio ambientes protegidos y construir progresivamente condiciones sociales esenciales para la vida y el bien común. Asimismo, también exige la condena de todo acto o hecho que ocupe la violencia como método para resolver diferencias y discrepancias en los temas comunes al interior de la sociedad."
En relación a la democracia y el Estado de Derecho, el acuerdo enfatiza la importancia de abrazar los principios de libertad, igualdad y fraternidad, y promover la seguridad y el bienestar para todos los ciudadanos.
"Una lección después del quiebre de la democracia es que la buena política nunca abandona el diálogo como método para abordar todo conflicto por muy difícil que sea", puntualiza el acuerdo.