No se le vio animado al serbio Novak Djokovic (1°ATP) en su debut en Roland Garros, donde busca renovar el título y ganar su vigésimo quinto del Grand Slam, un hito al que ningún ser humano ha llegado.
El número 1 del mundo no necesitó grandes alardes para derrotar a Pierre-Hugues Herbert, un rival acostumbrado a mejores resultados en dobles que en individual y que pese al aliento del público, que en alguna fase silbó al serbio, acabó inclinándose por 6-4, 7-6 (3) y 6-4.
No fue un partido para sacar grandes conclusiones en la temporada más incierta de Djokovic, que a sus 37 años llega a París sin haber ganado un torneo en la temporada y haber firmado algunas derrotas que generan incógnitas.