Una tarjeta de la NBA aumentó su valor tras el éxito de la serie 'Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez' de Netflix.
Se trata de la imagen de Mark Jackson de los New York Knicks de 1990, que en su momento no costó más de 20 centavos, pero que tras descubrirse un macabro detalle, esta llegó a obtener un valor de 1.500 dólares.
Esto porque detrás del deportista se puede apreciar a dos hombres sentados en la primera fila del encuentro, quienes eran los hermanos Lyle y Erik Menendez, quienes fueron condenados a cadena perpetua por el asesinato de sus padres.
¿Quiénes son los hermanos Lyle y Erik Menendez?
Lyle y Erik Menendez son dos hermanos que en 1989 asesinaron a sus padres, José y María 'Kitty', para cobrar el dinero del seguro familiar.
Tras haber disfrutado de una tarde en yate con sus progenitores, estos volvieron a su mansión en Beverly Hills. Aquí vieron una película en la sala de estar, lugar donde Lyle y Erik los acribillaron.
José Menéndez recibió un escopetazo en la cabeza mientras Kitty dormía. La mujer se despertó por el ruido e intentó escapar, recibiendo disparos en la pierna, brazo, pecho y cara.
Una vez la pareja fue asesinada, sus hijos procedieron a dispararles en las rodillas para que pareciera un crimen de la mafia.
Ya perpetrado el crimen, los hermanos fueron al cine a ver la película de Batman, la primera de la saga de Tim Burton, para tener una coartada que pareció perfecta.
Tras esto regresaron a la mansión cerca de la medianoche, denunciando el crimen de sus padres a la policía, quedando libres al no haber pruebas en su contra.
Gracias a lo anterior, los sujetos gastaron la fortuna del seguro en poco tiempo -cerca de un millón de dólares-, realizando varios viajes al exterior, autos, joyas y acudir a partidos de la NBA, como se aprecia en la tarjeta de Mark Jackson.
Parecía que los hermanos se habían salido con la suya, pero Erik confesó el asesinato de sus padres a su psiquiatra, quien tras ser amenazado por Lyle, acudió la policía y terminó denunciándolos.
En 1992, el gran jurado del condado de Los Ángeles acusó a los hermanos de haber asesinado a sus padres. En 1996 ambos fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.