Nicolás Peric se retiró del fútbol en 2021, pero estuvo cerca de hacerlo mucho antes cuando debió enfrentar la trágica muerte de su madre, Gilda Villarreal. "Mi mamá se quitó la vida", confesó el ex portero en diálogo con LUN.
"Fue hace años, 2009, pero sólo ahora puedo decirlo con cierta tranquilidad. Ha sido un proceso nada fácil, pero creo que ya al menos, no lo superé porque eso es imposible, pero sí lo he podido aceptar para poder seguir adelante, como debe ser", complementó.
En ese contexto, Peric reconoció: "No es lo mismo que perder a tu mamá por otra causa. Pero si bien fue algo obviamente inesperado, ya había señales que podría pasar algo así".
"Ella sufría de depresión endógena, tomaba pastillas, y una vez intentó quitarse la vida tomando una gran cantidad de esas pastillas. En ese momento se pudo salvar, pero claramente era una decisión que tenía tomada. Entonces, cuando encontró la oportunidad, el lugar y la forma de llevarla a cabo, simplemente la aprovechó", detalló.
Respecto a si la muerte de madre lo derrumbó y si pensó en dejar el fútbol en ese momento, Peric dijo: "Ufff de todas maneras, fue demasiado fuerte (...) No quería seguir jugando".
"Me apañaron tanto Claudio Borghi como los dueños de Argentinos Juniors
Sin embargo, en ese momento llegó una oportunidad y un hombre clave: Argentinos Juniors y su técnico, Claudio Borghi.
"Justo apareció la posibilidad de Argentinos Juniors y eso fue muy importante para mi proceso de recuperación", señaló.
"Porque me apañaron tanto Claudio Borghi como los dueños de Argentinos Juniors. Ellos sabían lo que había pasado y me apoyaron. Estuvieron fantásticos. El "Bichi" le decía al Nano Torres y a Marcelo Peña que estuvieran pendientes para llevarme y traerme de los entrenamientos. Y hubo días en que, después de entrenar, me iba solo a tomar unas cervezas a un lugar cerca de mi departamento, y de repente llegaba el hijo del dueño del club, pedía la cuenta y me llevaba de vuelta al departamento", recordó.
En esa línea, Peric contó que no quiso ayuda profesional y decidió procesar la pérdida a solas: "Me aislé. Quise vivirla solo. Lloré solo porque así quise".
"Es que me carga que me digan lo que no quiero escuchar. Y sabía que si recurría a alguien me iba a decir que había que superarlo, que mi vieja iba a estar mejor o qué sé yo. ¿Para qué escuchar eso si era algo que yo estaba procesando".
"Pasé por todas las fases antes de la aceptación: tristeza, rabia, culpa", explicó.
"Pero llegó el momento en que me dije que debía seguir adelante porque la vida debo vivirla. Tengo mi señora, a mis hijos, soy feliz con ellos, terminé bien mi carrera como futbolista y ahora hago algo que me gusta mucho que es ser comunicador. Eso no significa en todo caso que haya olvidado a mi vieja y todo lo que pasó. Lo asumo", sostuvo.