Tener problemas para dormir es un problema que afecta a muchas personas. Es más, a inicios de este año el Instituto de Salud Pública (ISP) reveló que la zopiclona, inductor del sueño, se encuentra entre los medicamentos más vendidos el 2021.
Según Mayo Clinic, los trastornos del sueño –afecciones que provocan cambios en la forma de dormir– pueden afectar la "salud, seguridad y calidad de vida en general". Explican que la falta de sueño puede influir en la capacidad para conducir con seguridad y aumentar el riesgo de otros problemas de salud.
Dicha entidad determina que uno de los principales trastornos son el insomnio, narcolepsia, el síndrome de piernas inquietas y la apnea del sueño.
Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH) señalan que, esta última es una afección muy frecuente "en la que la respiración se detiene y se reinicia muchas veces durante el sueño", lo que puede impedir que el cuerpo reciba suficiente oxígeno.
Señalan que hay dos tipos de apnea del sueño. La primera es de tipo obstructiva, y ocurre cuando "las vías respiratorias superiores se bloquean muchas veces durante el sueño y eso reduce o detiene por completo el flujo de aire", siendo este el tipo más habitual.
También está la apnea central del sueño, que sucede cuando el cerebro no envía las señales necesarias para respirar, de acuerdo con las instituciones.
Cabe señalar que entre los principales síntomas de la apnea, están los ronquidos fuertes y frecuentes, así como también la falta de aire durante el sueño.
Otra categoría importante de los trastornos del sueño, además, es la parasomnia. Según el Instituto Europeo del Sueño (IES), esta implica "movimientos anormales y antinaturales, comportamientos, emociones, percepciones y sueños que se producen mientras uno se queda dormido, durante las fases del sueño, o durante la privación del sueño".
Un tipo de parasomnia es el bruxismo. El IES identifica que este trastorno "el mantenimiento de la actividad de los músculos maxilares durante la noche de forma rítmica y no consciente".
Explican que como consecuencia se produce el desgaste de los dientes, y que los pacientes que lo padecen suelen despertarse con dolor en la articulación temporomandibular.