Desde el continente antártico, conocido por ser el más austral de la Tierra, un grupo de investigadores están realizando una serie de vuelos de prueba con un dron de carga pesada. Un proyecto que tiene por objetivo estudiar de mejor manera el cambio climático, pues el dispositivo volador no tripulado ofrece una mejor y novedosa forma de recopilar datos del frío polo sur.
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Windracers ULTRA UAV: "El Jeep de los cielos"
El vehículo aéreo no tripulado, un Windracers ULTRA UAV, ya ha volado más de 700 kilómetros recopilando datos que podrían ayudarnos a comprender mejor cómo la Antártida se está viendo afectada por el cambio climático. Este dron tiene una autonomía de hasta mil kilómetros y puede llevar en su interior cien kilogramos, lo que lo ha llevado a ser definido por su empresa creadora como el "Jeep de los cielos".
"El uso de plataformas aéreas es una forma realmente eficiente de recopilar datos porque se pueden cubrir grandes áreas, en realidad no es necesario llegar a tierra", dijo el Dr. Tom Jordan, aerogeofísico del British Antártico Survey a Reuters. "Desde donde estamos se puede obtener una imagen completa de lo que se necesita para comprender el medio ambiente y el ecosistema", agrega.
Estas cualidades de rendimiento se consiguen gracias a una estructura compuesta por un 95% de aluminio y a unos escasos 450 kilogramos de peso máximo al despegue. La motorización corre a cargo de un par de propulsores de combustión interna que producen un 30% menos de dióxido de carbono por kilogramo de carga que una aeronave ligera convencional. Por último, la velocidad de crucero del dron es de 125 kilómetros por hora y la persistencia en el aire superior a las 12 horas.
Al incorporar un alto nivel de redundancia, el ULTRA puede continuar volando incluso si uno de los motores o componentes está dañado o falla, y ha sido diseñado para repararse en el campo con una cantidad mínima de piezas. Puede despegar, volar y aterrizar de forma segura con una mínima supervisión del operador en tierra gracias a su sofisticado sistema de piloto automático.
"En realidad, es un modelo muy avanzado y puede pasar de estar completamente estacionario en la pista antes del despegue, volar una misión completa y volver a bajarla, incluido el despegue automático, el aterrizaje automático y la prevención de colisiones con otros aviones en ruta", explica Tom Reed a Reuters, ingeniero de software de Windracers desde Rothera, la base de investigación de BAS en la península Antártica.
¿Cómo ayuda al medioambiente?
El ULTRA ha sido equipado con una gama de sensores y cámaras que le ayudarán a inspeccionar áreas ambientalmente sensibles protegidas y evaluar la cadena alimentaria marina. Los sensores magnéticos y de gravedad le ayudarán a ver a través del hielo para examinar el paisaje continental enterrado bajo hielo de hasta 4 mil metros de espesor. Un radar aerotransportado le permitirá evaluar las estructuras de las capas de hielo y ayudar a predecir futuros flujos de hielo, y una sonda de turbulencia atmosférica estudiará los procesos que unen el océano y la atmósfera. Al mismo tiempo, también esperan reducir su propia huella de carbono.
"Estamos estudiando el medio ambiente. Estamos tratando de entender cómo está cambiando y cómo los humanos están impactando el medio ambiente y, por lo tanto, tenemos esta comprensión real de cómo estamos impactando el medio ambiente. Definitivamente siempre estamos tratando de minimizar nuestro impacto y tenemos muchas reglas y procesos para asegurar que nuestro impacto ambiental sea absolutamente mínimo", señala Tom Jordan.
El proyecto forma parte de su programa piloto denominado "Protección de entornos con enjambres de vehículos aéreos no tripulados", cuyo objetivo es demostrar cómo se puede utilizar la tecnología avanzada de drones para recopilar datos medioambientales en la Antártida.
La importancia de la Antártida
Sus grandes dimensiones y sus temperaturas extremas, que llegan a alcanzar mínimas de -89,2 grados centígrados, hacen de la Antártida una de las zonas con las condiciones climatológicas más duras de la Tierra. No obstante, son precisamente estas características ambientales las que hacen del continente un importante regulador del clima a nivel global.
Aparte, este continente contiene el 90% del hielo que hay en el planeta, lo que hace que absorba menos radiación solar que cualquier otro espacio. Además, el gran océano de aguas gélidas y profundas que rodea a la Antártida, lo hace un hogar de una abundante biodiversidad marina. Por ello, este tipo de avances significan hitos de importancia internacional y nos ayudan a entender mejor nuestro planeta.
