Hoy se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica, el cual fue proclamado por las Naciones Unidas 1992. La fecha se conmemoraba inicialmente el 29 de diciembre, pero desde el 2000 se cambió la efeméride al 22 de mayo. Lo anterior para alinearla con la adopción del texto del Convenio sobre la Diversidad Biológica establecido el 22 de mayo de 1992, y para evitar que el día se mezclara con las festividades de fin de año.
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Día Internacional de la Diversidad Biológica: Sé parte del plan
El objetivo de la fecha es aumentar la concienciación y el entendimiento sobre la importancia de la biodiversidad. El tema de este año es "Be part of the Plan", o "Sé parte del plan", un titular que hace referencia a la adopción del Marco Mundial Kumming-Montreal, también conocido como el Plan de Biodiversidad, el cual establece metas y medidas concretas para detener y revertir la pérdida de la naturaleza de aquí a 2050, especialmente frente al problema que significa el cambio climático.
"El cambio climático altera tanto las temperaturas promedio de distintas regiones como sus extremos, y esto impacta los ecosistemas marinos y terrestres de diversas maneras. Algunas más evidentes en la actualidad son los periodos de sequías prolongados o, en contrapartida, las inundaciones en distintas regiones. El problema fundamental es que las tasas de cambio en las condiciones climáticas que observamos hoy en día son demasiado aceleradas para que muchos organismos puedan adaptarse. El resultado a gran escala es un incremento en las tasas de extinción de distintos organismos, reduciendo la biodiversidad en escalas locales y globales, además de cambios en su distribución", detalla Enrico Rezende, Ecologista y biólogo evolutivo con amplia experiencia en investigación y educación superior, además de académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC).
Con este tema, se busca instar a los gobiernos, pueblos indígenas, comunidades locales, organizaciones no gubernamentales, legisladores, empresas y ciudadanos a colaborar activamente en la implementación del Plan de Biodiversidad, compartiendo sus contribuciones y comprometiéndose con la causa. Todos tenemos un papel vital que desempeñar y podemos contribuir significativamente al éxito del plan.
"Es fundamental tener conocimiento que los demás seres vivos en este planeta cumplen con roles esenciales para nuestra existencia, sean los polinizadores esenciales para la producción de frutos, microorganismos que fijan el nitrógeno y mantienen los suelos fértiles, organismos filtradores que purifican los sistemas dulceacuícolas y así por adelante. Este es un gran desafío al cual se enfrenta nuestra sociedad tanto en Chile como en el planeta, y es nuestra responsabilidad plantearnos ahora las estrategias que deben asegurar el bienestar de las futuras generaciones, tanto de nuestra especie como de todas las demás", complementa Rezende.
La biodiversidad es esencial para combatir el cambio climático
A medida que nuestra comunidad global debe reexaminar nuestra relación con el mundo natural, una cosa es cierta: a pesar de todos nuestros avances tecnológicos, dependemos por completo de ecosistemas saludables y vibrantes si queremos disponer de agua, alimentos, medicamentos, ropa, combustible, refugio y energía, solo por nombrar algunos ejemplos. Todo ello pasa por respetar, proteger y reparar nuestra riqueza biológica.
La biodiversidad es esencial para el desarrollo sostenible y el bienestar humano, constituyéndose en un activo fundamental de las economías locales y globales, ejemplos de esto son: la producción de alimentos y los servicios prestados por los ecosistemas, el abastecimiento de agua limpia y segura, el funcionamiento de los ecosistemas proporcionan bienes y servicios esenciales para la salud humana, incluyendo los nutrientes, aire limpio y regulación de plagas.
"En este sentido, ecosistemas diversos tienden a ser más resistentes y más resilientes, porque hay mas especies que pueden cumplir funciones ecológicas semejantes. Nosotros dependemos de servicios ecosistémicos", dice el Dr. Peter von Dassow, PhD de la Universidad de California e investigador principal del Instituto Milenio de Oceaonografía, además de profesor asociado de la Facultad de Ciencias Biológicas de la PUC.
¿Qué es la biodiversidad?
Aun así, queda por responder a qué nos referimos cuando hablamos de la biodiversidad. La diversidad biológica, o biodiversidad, es la variedad de vida en la Tierra, en todas sus formas, desde genes y bacterias hasta ecosistemas completos como bosques o arrecifes de coral. La biodiversidad que vemos hoy en día es el resultado de 4,5 miles de millones de años de evolución, influenciados cada vez más por el ser humano.
La biodiversidad constituye la red vital de la que dependemos para muchísimas cosas, alimentos, agua, medicinas, un clima estable y crecimiento económico, entre otras. Más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza. Más de mil millones de personas dependen de los bosques para su subsistencia. Hay que considerar que la Tierra y el océano absorben más de la mitad de las emisiones de carbono. Por ende, la biodiversidad también juega un rol fundamental en torno al cambio climático.
"En términos muy generales, el planeta es un sistema vivo que denominamos biosfera. Los seres vivos afectan los climas y vive-versa (...). Otro aspecto significativo es que la biodiversidad viene acompañada de un incremento en biomasa. Es decir, regiones con mayor número de especies también presentan una mayor abundancia de organismos. Estas comunidades ecológicas son sustentadas por productores primarios, tal como plantas o algas, que al hacer fotosíntesis remueven dióxido de carbono de la atmósfera y lo transforman en carbohidratos que son consumidos por los animales", explica Rezende.
Cambio climático y biodiversidad
Pero la naturaleza está en crisis. Hasta un millón de especies están amenazadas por el riesgo de extinción. Ecosistemas únicos como partes de la selva amazónica están pasando de ser sumideros de carbono a fuentes de carbono debido a la deforestación, y el 85% de los humedales, como las marismas y los manglares, que absorbían importantes cantidades de carbono, han desaparecido según detalla la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"Desde la perspectiva de la biodiversidad, el cambio climático ha tenido un rol hasta ahora secundario. El mayor impacto de nuestra sociedad en las demás especies está dado por la fragmentación de hábitat y uso del suelo, es decir, destruir o degradar ambientes naturales para la agricultura o producción extensiva. La sobreexplotación, principalmente de los recursos marinos, también constituye un problema de gran magnitud, especialmente en Chile", agrega Rezende.
¿Cómo combatir el cambio climático?
En este marco, la celebración de este año, además, marcará el inicio de la preparación para la decimosexta reunión de la Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP 16), que se celebrará en Colombia del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024. Un evento que pretende recalcar los avances en torno al cambio climático y presentar de forma concreta medidas para combatirlo.
"La creación de áreas protegidas y parques es una manera de proteger la biodiversidad. Sin embargo, es necesario que haya adecuadas protecciones contra amenazas de distintos tipos, por ejemplo actividades extractivas o actividades que alteran el balance de nutrientes, o que contaminan", afirma Peter von Dassow.
Por ello, el costo humano del cambio climático se hace presente. Si no nos esforzamos lo suficiente por detener el calentamiento global y por reducir las emisiones drásticamente, corremos el riesgo de que las generaciones más jóvenes, que luchan legítimamente por sus derechos humanos presentes y futuros, queden cortas. Los compromisos no bastan: es necesario emprender acciones y asumir responsabilidades.
"Es urgente y necesario un cambio en la forma en que nuestra sociedad interactúa con el ambiente que nos rodea. Se requiere cambiar la matriz energética y disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, y además disminuir nuestro consumo energético y optimizar nuestros sistemas de distribución de distintos productos y energía. También debemos cambiar el sistema productivo de alimentos que es predominante extensivo y de monocultura, disminuir radicalmente la explotación de recursos como nuestros stocks pesqueros, fomentar una economía circular y de reciclaje, y toda esta transición debe ocurrir intentando minimizar la huella ambiental", concluye Rezende.