Las oportunidades que brinda la inteligencia artificial están permeando lentamente diversas áreas de la vida de las personas, y una de ellas es la gestión de ciudades inteligentes. De acuerdo con cifras del Banco Mundial, para el año 2022 el 56% de la población ya estaba viviendo en ciudades, y se proyecta que para el 2050 siete de cada diez personas lo harán, lo que aumenta la necesidad de implementar soluciones que permitan gestionar de manera adecuada y eficiente los efectos colaterales de la sobrepoblación urbana, tales como congestión, contaminación, aumento en la inseguridad y cuidado de áreas verdes.
Ante este panorama, la inteligencia artificial se asoma como una herramienta que podría mejorar la calidad de vida en los centros urbanos, al hacer más simple la gestión y análisis de datos para poder tomar decisiones informadas, basadas en el contexto real de la ciudad que permiten mejorar la calidad de vida para quienes viven en ella.
Por ejemplo, el uso de este tipo de tecnologías permitiría medir ciertos factores en la ciudad, como por ejemplo el uso de energía, el tráfico, la criminalidad o gestión de residuos, problemas que hoy pueden resolverse gracias a la combinación de IA y análisis de datos recopilados de diferentes fuentes.
En términos de seguridad, la IA podría aportar con sistemas que analicen en profundidad los datos proporcionados por las cámaras de circuito cerrado. Al poder analizar imágenes en tiempo real, junto con la utilización de algoritmos de análisis de comportamiento y software de detección de objetos, se podrían prevenir y localizar amenazas criminales, logrando así tener ciudades más seguras para sus habitantes.
Por otra parte, el tráfico es uno de los grandes temas que podrían ser abordados por el uso de inteligencia artificial. Con una infraestructura de transporte limitada y un parque automotriz en aumento, utilizar la tecnología para gestionar el tráfico podría reducir la congestión, disminuir los accidentes y controlar las emisiones. Además, el uso de tecnologías de monitoreo podría colaborar en hacer eficiente el transporte público, al agilizar los horarios de llegada y salida de buses y trenes subterráneos de acuerdo a su demanda.
La eficiencia energética es otro de los ámbitos que podría verse beneficiado con el uso de IA. Actualmente, los sistemas de inteligencia artificial permiten escanear los datos y examinar los momentos de mayor uso de energía, junto con saber de qué forma se está utilizando. El manejo de esta data permite analizar y rastrear el consumo energético de hogares e industrias, colaborando con datos que permitan decidir dónde implementar sistemas de energía renovable, ayudar a reducir el malgasto e implementar formas de ahorro.