Un nuevo testigo de la violenta escena protagonizada por Emmanuel Bony, el ciudadano haitiano detenido en el Aeropuerto Internacional de Santiago, reveló la razón de sus minutos de furia.
Cabe recordar que el haitiano destruyó al menos 30 pantallas del aeródromo con un martillo, una situación que generó el temor de los pasajeros que miraban con terror la violenta escena. Según la policía, es el mismo sujeto que en agosto del año pasado causó destrozos similares.
Ricardo Aguilera, quien estaba junto a sus amigos al momento del incidente, aseguró a Bío-Bío Chile que la molestía del aludido fue causada a raíz de no encontrar vuelos directos a su país natal, sin embargo, la situación se vio agravada por la supuesta "falta de empatia" del personal.
asimismo, agregó: “toda la gente que estaba en información estaba de una manera muy negativa tratando de que prácticamente se fuera luego como con esa típica actitud de: ‘Quiero terminar mi turno e irme a la casa’. Entonces, nosotros nos acercamos porque sentimos que la persona no estaba siendo escuchada y ahí es cuando él comienza a vociferar su problema a través del parlante”.
Aguilera afirmó que él junto a su grupo de amigos conversaron con él para ver si podían ayudar. De acuerdo con ellos, lejos de mostrar una actitud violenta, el hombre charló amablamente con ellos. No obstante, un guardia de seguridad interrumpió para "amedrentarlo".
En esta misma linea, el testigo sostiene que el personal "le habría dejado muy libre el camino de la violencia", ya que en ningun momento hicieron esfuerzos para que la situación no escalara.
“Nos contaba que estaba completamente solo acá que hace mucho que él quería ver a su familia y que en ese entonces, él lo dijo de esa manera: ‘El gobierno de turno (hace más de 5 años), nos trajo acá diciendo de cierta manera que estaban las oportunidades, que no iba a haber ningún tipo de problema. Y claro, trajeron a mucha gente extranjera en ese en ese entonces, lo cual era fácil, pero al momento de que la gente ha querido retornar a su patria ha sido un poco más complicado"”, aseveró.
“Básicamente yo nunca noté -porque él pasó al lado de nosotros cuando iba rompiendo las cosas- que él quisiera hacerle daño a las personas. Sino más que todo era su manera de protesta y también básicamente la impotencia que le provocaba el hecho de no poder volver a su patria“, afirma asegurando que la situación pudo haber sido evitada si hubieran mostrado más empatia.