El Juzgado de Garantía de Villa Alemana no autorizó este lunes el traslado de Johanna Hernández, condenada por el asesinato del profesor Nibaldo Villegas, al "módulo católico" del Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Santiago.
Actualmente, la mujer se encuentra cumpliendo la pena de presidio perpetuo, es decir, 40 años de cárcel, en la Sección de Custodia Directa del CPF, destinado a internas cuyos delitos hayan sido de connotación pública y requieran resguardo.
Sin embargo, Hernández solicitó el cambio tras argumentar que en la actual unidad no hay programas relacionados a la reinserción social, por lo que su defensa pidió el traslado al módulo católico del mismo recinto penitenciario.
Pese a ello, el magistrado Patricio Toro determinó no autorizar el traslado tras precisar que "teniendo en consideración el informe de Gendarmería, es posible advertir que la ubicación actual de la sentenciada responde a criterios de seguridad, lo que se sustenta en que 'efectivamente el módulo en que se encuentra hoy hay pocas internas, sólo 11'".
Y agregó que "el módulo al que se pretende el traslado, está al límite de su capacidad, con 57 internas de distinta calificación".
Es importante destacar que la condenada, en la Sección de Custodia Directa del CPF, comparte con "las mujeres más malas de Chile" (ver más aquí), entre ellas, María del Pilar Pérez, más conocida como 'La Quintrala'.
Además, la defensa de la autora intelectual del crimen argumentó que la reclusa fue invitada por la capellana para residir en este nuevo módulo a raíz de "su buena conducta e intensión de continuar sus estudios".
Cabe recordar que en mayo de 2019, la justicia consideró culpable a Hernández de asesinar y descuartizar a su exesposo Nibaldo Villegas, junto con su cómplice Francisco Silva, autor material de homicidio calificado, quien se encuentra cumpliendo la pena de presidio perpetuo simple.
"Yo solamente obedecía"
En agosto de 2021, Hernández conversó con Informe Especial, en la que sería la única entrevista que ha entregado desde que fue condenada.
Si bien la justicia la consideró culpable, la mujer insiste en que su intención "nunca" fue a asesinar a Nibaldo Villegas y que "sólo obedeció a Silva".
De acuerdo con el testimonio de Johanna, Francisco le ordenó que le dijera a Nibaldo que "le celebrara su cumpleaños en la casa de Peñablanca, y yo lo miré y le dije porqué y me dijo 'tú hace lo que tienes que hacer', ya yo a esas alturas no le rebatía nada a Francisco, yo solamente obedecía, pasaba todo el tiempo dopada".
"Durante los 10 meses que yo estuve con Francisco el me cambió el número de teléfono tres veces", indicó la condenada, agregando que "jamás hubo un plan".
Sin embargo, la declaración de Francisco Silva ante la justicia es todo lo contrario. Según dijo el condenado, "Johanna me plantea la opción de que ella podía concertar una cita con él en su domicilio y en dicha instancia drogarlo, para luego cortar sus muñecas y hacerlo pasar por suicidio”.
Cabe mencionar que queda establecido en la sentencia que Johanna y Francisco mienten, y se inculpan mutuamente en sus declaraciones.