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18-O: Gustavo Gatica acusa "falta de valor en la izquierda para defender el estallido social"

"Lamentablemente se logró instalar que estuvo muy ligado a la delincuencia", expresó el joven tras pedir al Gobierno "hacer autocrítica".

24horas.cl

EFE

Miércoles 16 de octubre de 2024

La historia de Gustavo Gatica conmocionó al mundo en 2019 cuando un carabinero le disparó perdigones al rostro durante una protesta en Santiago, quedando completamente ciego producto de las lesiones. 

Ad portas de cumplirse cinco años de este episodio, el joven psicólogo aseguró a EFE que a la izquierda le "falta valor" para defender lo que significó el estallido social frente a los discursos criminalizadores.

"Hace dos o tres años que hay una disputa por la narrativa del estallido social y lamentablemente se logró instalar que estuvo muy ligado a la delincuencia, a los saqueos. Se habla de estallido delictual, lo que me parece una falta de respeto hacia todos los que salieron a manifestarse", denunció Gatica, de 26 años.

Chile vivió en octubre de 2019 la mayor ola de protestas desde el fin de la dictadura militar, que comenzó como un reclamo contra el alza en el precio del pasaje de metro y derivó en una solicitud transversal por un modelo económico más justo y mayores derechos sociales.

El estallido combinó marchas pacíficas y multitudinarias con episodios de violencia desmedida y una cuestionada represión policial, que dejó muertos y miles de heridos, llevando a la justicia a investigar a los altos mandos de la época.

Para Gatica, que entonces tenía 21 años y estudiaba Psicología, las marchas hicieron también que la gente "se encontrara" y "construyera comunidad" en una sociedad muy individualizada.

"Fue la primera vez en mi vida que yo veía que la gente se interesaba (por la política) y quería pensar este país, pensar cómo podían ser las cosas. Se manifestaron contra lo que les parecía injusto y fue hermoso", añadió.

"La izquierda no ha estado a la altura"

Cinco años después, sin embargo, el apoyo ciudadano al estallido cae en picada. El Centro de Estudios Públicos (CEP) reveló recientemente en un sondeo que solo el 17% considera que fue "positivo o muy positivo", frente al 50% que lo ve como "muy malo o malo".

Gatica responsabiliza a la derecha, pero no exime del todo a la izquierda, incluido al Gobierno del Presidente Gabriel Boric, al que pide "hacer autocrítica".

"Quienes debieron defender la otra narrativa de lo que fue el estallido social no lo hicieron (...) Creo que la izquierda chilena no ha estado a la altura", agrega.

Dice que le gustaría que el Ejecutivo -integrado por el Frente Amplio de Boric, el Partido Comunista y distintas fuerzas de la centro izquierda- plantara cara al relato criminalizador durante el quinto aniversario de las protestas, no obstante, cree que los discursos "van a ser muy mesurados".

Claudio Crespo

Los últimos 18 de octubre los pasó trabajando, aunque reconoce que este lo afrontará de manera distinta porque es un aniversario redondo y porque además se acerca el inicio del juicio contra Claudio Crespo, el ex teniente coronel de Carabineros acusado de haber disparado en su contra.

"Tengo esperanza en la justicia. Creo que las instituciones que se han encargado de estudiar y de investigar mi caso han hecho un trabajo excepcional. Ojalá hubiese sido así con todos los casos. Lamentablemente no fue así", afirma.

De los 10.142 casos que se abrieron por violencia policial, solo el 0,42 % de las investigaciones concluyeron, según Amnistía Internacional (AI).

"Pocos cambios"

Durante estos cinco años, Gatica se tituló, se independizó, se puso a trabajar en una Defensoría Penal y montó su propia consulta online. También aprendió a tocar la batería -dice que le resulta "liberador"- y se unió a una banda de rock con otros heridos oculares.

Discreto y alejado de la política, no le gusta que le consideren un "símbolo", pero entiende que la gente ve en él una "gran capacidad para seguir adelante": "Para mí no es cómodo ese lugar porque no fue algo que yo busqué", manifestó.

En este tiempo, el joven también ha cambiado su opinión sobre el futuro de Chile y, con cierto pesar, sostiene que el país "ha cambiado poco" y que las demandas que surgieron en el estallido siguen vigentes.

"Cuando empecé a procesar esto (la ceguera), estábamos en el primer proceso constituyente. Estaba optimista de cómo se venían las cosas. Ya no lo soy tanto. Tampoco soy pesimista, sino más bien realista", admitió.

Las protestas dieron lugar a dos procesos constituyentes fallidos -el primero liderado por la izquierda y el segundo por la ultraderecha- los cuales sumieron a la ciudadanía en una fatiga electoral y en un gran escepticismo político, según señalan expertos y encuestas.

"No veo muchas salidas, al menos por ahora. Hay una resistencia de la élite en Chile que no permite hacer cambios", concluyó.