El pisco chileno Black Heron fue anunciado como uno de los finalistas en la categoría "Best in Show", para la próxima versión de San Francisco World Spirits Competition, el "mundial de los destilados" por ser la competencia más influyente a nivel mundial de este tipo de brebajes.
Para llegar a esta instancia alcanzó 96 puntos, garantizando doble medalla de oro en el certamen y fue evaluado por un panel de jueces expertos, quienes realizaron una “cata a ciegas”.
Jaime Camposano, socio fundador y enólogo de la pisquera Tulahuén, desde donde nace este destilado, señaló que “Black Heron es el primer pisco ahumado del mundo y tiene la particular característica que está inspirado en un incendio ocurrido en nuestras bodegas hace 100 años. Es un tremendo mérito tener esta visibilidad, que sin duda permitirá que nuestro producto amplíe sus niveles de conocimiento tanto en Chile como en mercados extranjeros”.
Este pisco reposa en barricas francesas, de entre 85 a 75 grados para extraer más sabor, posteriormente se agrega agua para llegar a los 43,5 grados. Luego de seis meses de fase extractiva, la graduación alcohólica se ajusta y deja reposar durante dos a seis años, y a continuación se aplica el proceso de ahumado, siendo el único que está patentado.
Actualmente, el pisco se encuentra presente en Europa, Asia, América, África y Oceanía, abarcando mercados de más de 40 países. A su vez, está posicionado en lugares como los hoteles George V y Crillon de París; el Four Seasons de Hong-Kong, y el Mandarín Oriental de Tokio, que cuentan con altos niveles de exigencia y calidad para seleccionar su oferta de destilados.
Producto de origen familiar
La pisquera Tulahuén es un emprendimiento que comenzó en 1850 como un proyecto familiar en la Región de Coquimbo. Jaime Camposano, quien forma parte de la quinta generación de productores, indicó que esta zona del país destaca por tener condiciones climáticas favorables para el desarrollo de pisco premium, donde se produce Black Heron y también el pisco Waqar.
“La altura sobre el nivel del mar, además de sus condiciones ambientales, donde resultan variaciones de calor y frío, entre el día y la noche, juegan un papel fundamental para el positivo crecimiento de las vides, logrando que la uva fije sus complejos aromas”, puntualizó.