El mundo laboral ha vivido una revolución en los últimos tiempos. A nivel global, la pandemia aceleró la tendencia de un teletrabajo que recién venía asomándose hasta ese entonces, mientras que, en el ámbito local, iniciativas como la Ley de 40 Horas buscan mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
Todos estos cambios radicales han tenido impactos significativos, como refleja la Encuesta de Diagnóstico de Bienestar 2024 realizada por la consultora internacional WTW. Con una muestra de 79 empleadores y 220 mil empleados en Chile, de diversas industrias como fabricación, servicios generales y públicos, y energía, sus resultados son reveladores.
Una de las principales conclusiones del estudio es que, pese a los esfuerzos de las empresas después de la explosión del covid-19 por invertir en el bienestar de sus colaboradores, éste no ha mejorado. Si bien ha habido efectos positivos, todavía hay grandes desafíos por delante que afrontar.
Dentro de sus estrategias, las compañías se han centrado especialmente en cuatro tópicos. El 60% de las consultadas ha puesto énfasis en DEI (diversidad, equidad e inclusión), el 59% lo ha hecho en acuerdos de trabajo flexible, el 56% se ha enfocado en la competencia por el talento y el 42% se ha preocupado por la creciente crisis de salud mental.
Objetivos de las acciones
Los objetivos de estas acciones son variados. El 78% contestó que es para mejorar la productividad de los empleados, el 69% que es para impulsar la atracción y retención, el 62% que es para mejorar la experiencia de los empleados, el 47% que es para mejorar las percepciones externas y el 45% que es para reducir el costo de los beneficios.
Estos lineamientos empresariales no han logrado satisfacer los requerimientos de los funcionarios. De hecho, casi la mitad de los encuestados, exactamente un 47%, respondió que tiene “problemas importantes” en al menos dos de las cuatro áreas de bienestar, que comprenden el social, el físico, el emocional y el financiero.
En este último es donde se presenta la mayor desalineación entre empleador y empleado pensando en los próximos tres años, con una brecha de -43% entre ambos, ya que los primeros contestaron que priorizarán en apenas un 24% este aspecto, contra un 67% de los segundos. En el emocional hay una diferencia de +23%, en el físico es de +22 y en el social es de +10.
“Como parte de las estrategias implementadas en el último tiempo, han tomado relevancia las estrategias de escucha y la implementación de programas de bienestar focalizados. En WTW desarrollamos una estrategia que hemos compartido con clientes que consiste en diagnosticar el bienestar de los empleados, para luego implementar acciones focalizadas, con el seguimiento adecuado, pudiendo medir el impacto y alcance de éstas, de manera de redireccionarlas en función de la necesidad de cada organización”, explica Rodrigo Molina, gerente de consultoría Health & Benefits de WTW.