El cerebro es un órgano compuesto en gran parte por agua, por lo que el líquido desempeña un papel esencial en la producción de energía cerebral, según lo dice un estudio.
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El hallazgo, realizado en Cataluña por el Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV) y el Centre de Recerca Biomèdica Xarxa de Fisiopatologia de l'Obesitat i la Nutrició (CIBERobn) ha mostrado que existe una relación entre el nivel de hidratación y el funcionamiento del cerebro, argumentando que mantener un adecuado nivel de hidratación permite preservar nuestras capacidades cognitivas, incluyendo la memoria y la concentración.
El agua desempeña un papel esencial en la producción de energía cerebral. Cuando el organismo carece del líquido necesario, los niveles de energía disminuyen, lo que puede resultar en fatiga mental, cambios de humor y, en última instancia, en problemas de concentración y memoria.
Por qué beber 8 a 10 vasos de agua al día
La deshidratación puede afectar negativamente diversas funciones cognitivas. Entre ellas se encuentran la atención, la memoria a corto plazo y la toma de decisiones. La falta de agua también influye en el equilibrio de electrolitos, que son cruciales para la comunicación entre las células cerebrales. Cuando este equilibrio se altera, se pueden experimentar dificultades en el procesamiento de información y en la capacidad de
aprender y recordar.
Un bajo consumo de agua también puede influir en los estados de ánimo, lo que a su vez afecta la capacidad de aprender y recordar información. La relación entre la hidratación y el bienestar emocional es innegable; la deshidratación puede llevar a sentimientos de irritabilidad y ansiedad, dificultando aún más la concentración y el rendimiento cognitivo.
Cuando el cerebro está bien hidratado, se siente más alerta y menos propenso a distracciones, lo que favorece un enfoque más claro y eficiente en las actividades diarias. Además, beber agua ayuda a regular la temperatura, lo que permite que el cerebro funcione de manera óptima. Beber suficiente agua durante el día puede reducir la sensación de agotamiento mental y permitir que las personas se mantengan productivas y enfocadas en sus responsabilidades.
“La mejor manera de prevenir la deshidratación es tomar agua incluso cuando no se tiene sed o no hay ganas de beber. Lo ideal es beber al menos entre 8 y 10 vasos al día, siendo aún más si se realiza alguna
actividad física” explicó Claudio Brinkmann, cofundador y CEO de Maihue, empresa de servicio de suscripción de agua purificada.
Consejos para lograr una hidratación adecuada
Brinkmann recomienda una serie de consejos prácticos para asegurar que todos logremos una adecuada hidratación:
- Aseg´urese de tomar al menos 2 litros de agua al día: Incluso si no siente sed, es importante establecer un hábito de hidratación constante para prevenir la deshidratación.
- Acompañe las comidas con agua: Hacer de la hidratación una parte de las comidas no solo mejora la digestión, sino que también ayuda a aumentar la ingesta total de agua.
- Mantenga agua a mano: Tener siempre una botella reutilizable de agua cerca puede servir como un recordatorio constante para beber más. Así, es más fácil mantener una hidratación adecuada a lo largo del día.
- Incorpore alimentos hidratantes: Frutas y verduras como la sandía, el pepino y las naranjas son excelentes fuentes de agua y ayudan a complementar la ingesta líquida diaria.
- Monitoree los signos de deshidratación: Preste atención a señales como boca seca, fatiga o orina de color oscuro, que pueden indicar que necesita más agua.