Deterioro cognitivo y riesgo de diversas enfermedades cardiovasculares son algunas de las consecuencias que podría generar en el cuerpo humano el no dormir por 24 horas.
El sueño desencadena procesos cruciales para la salud física y mental, incluyendo la regulación metabólica, consolidación de la memoria, eliminación de desechos tóxicos, activación del sistema inmunológico y regulación emocional.
Por ello, según un estudio publicado en la Revista Internacional de Medicina Ocupacional y Salud Ambiental, las repercusiones por no dormir durante un día son comparables al deterioro cognitivo de una persona con un contenido de alcohol en la sangre del 0.1%.
Concretamente, mantenerse muchas horas despierto disminuye la capacidad para retener la atención y baja el rendimiento intelectual.
"Cuando no duermes el cuerpo lo interpreta como una amenaza, se activa el sistema de alerta porque lo interpreta como que 'algo malo está sucediendo'. De esta manera, se activa el sistema nervioso simpático liberando hormonas de estrés, entre ellas el cortisol. Incluso, diversos estudios han demostrado que podemos tardar hasta 10 veces más en responder a los estímulos y en ser capaces de solucionar un problema", explica la neuróloga experta en sueño de Clínica Somno, Alexandra Sevilla.
Las consecuencias cognitivas y físicas de no dormir por 24 horas
La falta de descanso adecuado puede tener un impacto significativo en múltiples áreas. A nivel cognitivo, puede provocar un rendimiento reducido y aumentar los errores, afectando la capacidad para manejar las emociones, lo que puede manifestarse como irritabilidad, ansiedad o depresión.
A su vez, la privación crónica del sueño puede empeorar o desencadenar problemas emocionales.
En términos de salud física, la mala calidad del sueño se asocia con un mayor riesgo de diversas enfermedades cardiovasculares como hipertensión, infarto y arritmias cardíacas.
También se relaciona con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes, obesidad y síndrome metabólico, así como un aumento en la posibilidad de sufrir un infarto cerebral o desarrollar el síndrome de apnea del sueño.
En vista de lo anterior, desde Clínica Somno recomiendan dormir en promedio entre 7 a 8 horas para tener un sueño de calidad.
En caso de que el insomnio sea muy recurrente, se sugiere asistir a un especialista en trastornos del sueño o a un profesional de la salud especializado en el tema, para recibir el tratamiento adecuado que permita restablecer un patrón de sueño saludable y prevenir posibles complicaciones tanto a nivel físico como mental.