Un grupo de paleontólogos descubrió una nueva especie de dinosaurio que habitó la Patagonia chilena, denominándolo Gonkoken nanoi.
Se trata de una especie identificada por tener un pico similar al de los patos, pudiendo haber medido entre 3,5 y 4 metros de largo.
Con un peso de una tonelada y una dieta herbívora, el estudio del Gonkoken nanoi fue publicado en la revista Science Advances por la comunidad experta de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile, del
Instituto Antártico Chileno (INACH) y del Museo de Historia Natural.
El extinto animal vivió hace 72 millones de años en Cerro Guido, localidad de la provincia de Última Esperanza, y fue y fue bautizado como Gonkoken nanoi.
"Gonkoken nanoi es un dinosaurio importante para Chile, el quinto descubierto a nivel nacional y el segundo bautizado y exclusivo del valle de las Chinas y junto con las dos especies de mamíferos (Magallanodon y Orretherium) que son los más antiguos encontrados en Chile, dan una referencia de que en valle de las Chinas, Cerro Guido y la investigación que se está desarrollando en ese lugar va a seguir dando frutos y abriendo preguntas tan importantes como qué tipo de relación existió entre América y Antártica", dijo el doctor Marcelo Leppe Cartes, uno de los autores de la indagatoria.
Cómo era el Gonkoken nanoi
Llama la atención su particular nombre que proviene de las palabras en lengua Aonikenk ‘gon’ que significa parecido o similar, ‘koken’ que es pato silvestre o cisne. En tanto, se le colocó la denominación ‘nanoi’ en homenaje y reconocimiento a Mario “Nano” Ulloa, un antiguo puestero de la Estancia Las Chinas, quién colaboró activamente en los primeros descubrimientos de animales y plantas fósiles de esa zona.
Se estima que podían llegar a medir entre 3,5 a 4 metros de largo y pesar entre 600 kilogramos a una tonelada. “Estos eran dinosaurios de apariencia esbelta, que podían adoptar fácilmente tanto una postura bípeda como cuadrúpeda para alcanzar vegetación en altura y a ras de suelo. Tenían grandes picos aplanados en el extremo, semejantes a un pato, pero con bordes más cortantes y enormes baterías dentales en sus mandíbulas, formadas por numerosas corridas de cientos de dientes con las cuales podían moler, triturar y cortar prácticamente cualquier material vegetal, incluyendo madera. Poseían, además, comportamiento social, y cuidaban de sus crías”, describe el Dr. Alexander Vargas, director de la Red Paleontológica de la Universidad de Chile.
“El lugar del hallazgo contiene numerosos huesos desarticulados en excelente estado de preservación”, afirma Jhonatan Alarcón, investigador de la Red Paleontológica de la U. de Chile y autor principal del estudio. Estas piezas pertenecen tanto a ejemplares adultos como juveniles y han podido recuperarse progresivamente en las expediciones del INACH.