Es una de las principales causas de muerte de mujeres en el país y, de acuerdo a datos de Global Cancer Observatory (Globocan, 2020), el cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres chilenas y también es el que produce una mayor cantidad de muertes cada año.
De acuerdo a los datos de Globocan (proyecto de la International Agency for Research on Cancer, IARC), en el año 2020 en Chile se diagnosticaron 55,0 cánceres de mama por cada 100 mil mujeres y murieron 17,3 mujeres por cada 100 mil mujeres.
En palabras de la doctora Nuvia Aliaga, especialista en cirugía oncológica del Centro del Cáncer de Clínica Las Condes, “los factores de riesgo del cáncer de mama son ampliamente conocidos, pero difíciles de controlar. Lo que sí se puede y se debe hacer es promover la detección precoz”. “La detección de un cáncer en etapas iniciales es clave, porque las posibilidades de tratamiento y curación son altísimas”, remarca.
Para poder detectarlo a tiempo, la doctora Aliaga sostiene que “está absolutamente comprobado que la mamografía es la mejor herramienta. Si bien es recomendable el autoexamen para que la persona conozca su cuerpo, en la mayoría de los casos, las lesiones que se detectan por un autoexamen son de mucho mayor tamaño y, por lo tanto, la paciente probablemente esté en un estadio más avanzado de la enfermedad”.
En este sentido, la médico cirujano explica que “la recomendación general es que, desde los 40 años, todas las mujeres se realicen una mamografía y una ecotomografía mamaria anualmente, sobre todo aquellas mujeres que tienen antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario, o con familiares que han sufrido algún tipo de cáncer muy jóvenes”.
Pero, aun cuando este examen está garantizado por el GES, en el sistema público de salud persiste una baja cobertura de mamografía; en 2022, se realizaron 501.268 mamografías, lo que equivale a una cobertura del 38,6%, cifra muy lejana al 70%, que es el estándar recomendado a nivel mundial para impactar en la mortalidad.
En todo caso, la especialista destaca que “no basta con hacerse la mamografía y olvidarse hasta el año siguiente. También es fundamental que este examen vaya acompañado de un control y examen físico por parte del médico especialista, porque no siempre las imágenes que revelan una mamografía o una ecotomografía mamaria son decidoras y, además, se deben considerar una serie de otros factores, como edad, antecedentes familiares, etc.”.
La doctora Aliaga detalla, además, que “de acuerdo a las pesquisas iniciales, es posible que se recomiende una resonancia magnética, examen que permite diagnosticar con mucha mayor precisión la presencia de cáncer de mama en una paciente”.
“Pero, antes que nada, lo más importante es dejar atrás el miedo. Vemos muchas pacientes que llegan a consultar cuando la enfermedad ha avanzado, porque tenían miedo de hacerse el examen ‘por si aparecía algo’. ¡Y es justo al revés! Mientras más regular sea una persona en hacer sus controles, mucho mayores probabilidades de tratamiento y recuperación va a tener”, concluye.