La Yerba Mate, según recomienda la naturópata de Natural Clinic, Carolina Fuentes, se debe consumir tres veces al día, con un litro y medio a dos. Sin embargo, no se recomienda después de las 20 horas, porque tiene un efecto diurético que podría trastornar el sueño.
La especialista también señala que la Yerba es ideal antes de las comidas, porque calma el apetito y otorga vitamina A, B, C y E, como también, minerales como magnesio, hierro, calcio, potasio, sodio y manganeso. No obstante, si se sobrepasa la dosis, advierte Fuentes, la “tanina” elimina el hierro ingerido.
Asimismo, explica que un exceso en el consumo provoca problemas gástricos, por lo tanto, quienes tengan úlcera o colon irritable deben evitarlo, pues incrementa la sensación de malestar estomacal, porque además tiene efecto laxante.
Pero a pesar de que en las heridas internas puede ser dañino, en las de la piel resulta particularmente benéfico, al ser astringente, cicatrizante y antiinflamatoria. Previamente colada la yerba, puede usarse para limpiar magulladuras, principalmente de golpes.
Quienes tengan trastornos del sueño, deben obviar su ingesta, pues al ser estimulante energético, sobre excita a la persona. Por el mismo motivo, es absolutamente recomendable para quienes sufren de fatiga y cansancio.
Al calmar el apetito y activar el metabolismo, es especialmente positivo para quienes están en plan de ganarle la guerra a los kilos.
La infusión, es decir, agua caliente vertida en la yerba, debe prepararse en un cuenco de acero inoxidable o vidrio, evitando el aluminio y el plástico, porque estos elementos “sueltan” toxinas al tomar contacto con el calor, señala la naturópata. “Hay que dejarlo reposar 20 minutos y luego, colarla”.
La profesional asegura que su consumo es beneficioso con endulzante o miel. Esta última opción, siempre y cuando no se padezca diabetes ni sobrepeso y, la porción, no debe superar las dos cucharaditas durante el día. No recomienda su consumo con azúcar ni leche.
Así también, explica que el mate produce adicción, por eso quiénes están acostumbrados a su ingesta, generalmente cuando pretenden “dejarlo”, sufren de dolores de cabeza. En consecuencia, no debe ser consumido por menores de ocho años ni adultos mayores que tengan problemas para conciliar el sueño.