En diversos países de Latinoamérica se lleva a cabo una disciplina que varía en ritmos, intensidad, pero no en ganas, la mezcla de ejercicio y folklore.

Tal como la Zumba llegó a Chile para quedarse, el "Fitness Folklore" busca su espacio entre quienes quieren compatibilizar el ejercicio, el movimiento y obviamente, la cultura.

Michael Oyanadel es instructor de esta disciplina en Antofagasta, región que lo vio nacer y que desde julio de 2014 lo ve fortalecer esta idea que se hace con el apoyo de diversas entidades, pero por sobre todo, con su empuje y ganas de masificar lo que ama: El deporte y el folklore.

"Esto yo no lo estaba buscando fue apareciendo con el tiempo. Yo siempre me he dedicado al folclore (desde los 13 años), luego en la universidad en un ramo de Fitness, durante una actividad mi profesora me dijo que por qué no hacíamos las danzas con folclore. Me pareció una buena idea e hicimos algunas coreografías, así fue naciendo", afirma el profesor de Educación Física.

"Pusimos para un evento el título de 'Aerofolk', luego hicimos un proyecto con Fitness Chile haciendo un sistema que era para mi un poco cuadrado. Con el tiempo me salí de ahí y empezamos a hacer eventos, me fueron contratando y ahora lo estamos viendo como una forma de negocios", agrega con la mente puesta en viajes dentro del país para fomentar la disciplina y buscar alianzas, las que siempre son necesarias.

¿Quién puede hacer "Fitness Folklore"?

Con coreografías orientadas al ejercicio, pero sin perder la raíz folclórica que impera en esta zona del norte del país, en un gimnasio del centro de la segunda región se pueden distinguir cuecas, Tinkus y sayas, muchas de las cuales suenan también en locales nocturnos cada fin de semana. Toda una experiencia arraigada en estas tierras.

Para Oyanadel, el "FITFOLK" es más que sólo bailar y más que solo escuchar música. "A las clases llega de todo, esta disciplina va dirigida a quienes quieran bailar, tener una mejor calidad de vida, pero la ventaja que tiene es que además de ejercitar aprendes a conocer y a bailar folklore. Crea una identidad a las riquezas culturales que tenemos, que es algo que se está perdiendo mucho en la sociedad".

"Yo tengo el apoyo de la municipalidad y Chile Deportes, en el sentido de tener un lugar donde realizar las clases, pero todo lo que son viajes y tratar de comenzar la certificación de profesores lo hacemos con el apoyo de Acción Emprendedora. También tenemos el apoyo de la Escuela Nacional de Folklore de Concepción, la Universidad de Antofagasta y otra alianza con la empresa privada a través de Komatsu", agrega.

La disciplina está orientada a todo tipo de público, pero a nivel de instructores, Michael Oyanadel afirma que podrían aplicarla sin problemas "los profesores de Zumba, de gimnasio, e incluso para los profesores de colegio es una buena apuesta", así como de cualquier parte del país, no debiendo estar focalizada a una zona en particular. "Ahora lo estamos llevando a otras partes como Punta Arenas, Concepción, La Serena, Iquique, es un trabajo que estamos haciendo", comenta el joven de 27 años.

¿Qué se puede obtener con el "FITFOLK"?

Si el lema de la Zumba es "Deja el ejercicio y únete a la fiesta", el del Fitness Folklore podría ampliarse al "hacer aprendiendo", una especie de bailar entregando cultura a diversos grupos sociales con algo propio. Nuestro.

"El FitFolk sirve para tonificar, tener mejor resistencia cardiovascular, mejorar el ánimo y otras cosas. Pero a la gente le ayuda también para salir de su rutina y de paso, conocer mucho más del folklore", afirma Oyanedel.

"Si seguimos haciendo folclore, pero seguimos tocando el 'Guatón Loyola' no vamos a evolucionar. Lo peor que le puede pasar a la cultura es que la gente se olvide, ante eso tenemos que innovar", comenta sobre la idea de llevar el folklore nacional y latinoamericano a otro nivel.

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