Hay veces en que la complicidad entre dos personas que se gustan se hace tan evidente, que el entorno de ambos no tarda en captar la química que se produce cuando están juntos o simplemente compartiendo en un grupo en común.
Sin embargo, cuando la llama del amor recién se prende aparecen pequeños detalles que para los demás son imperceptibles todavía. Ante ello, la psicóloga estadounidense experta en parejas Mila Cahue dio a conocer esas tempranas señales inequívocas.
"Aunque dos personas que se quieren estén sentadas en cada extremo de una mesa, siempre que se miran están diciéndose que no se olvida el uno del otro, que están pendientes uno de otro", explica la facultativa.
Como decíamos anteriormente, es necesario partir de la base de que muchos guiños entre los que se aman a veces no se pueden percibir y que nunca serán detectados por los demás, ya que pertenecen a esa esfera íntima que sólo la pareja comparte y que les hace especial al uno y al otro. "Son códigos que pasan desapercibidos para el resto de las personas que estén alrededor, que sólo captan y tienen un significado para los miembros de la pareja. Ponerse entremedias de forma muy sutil cuando uno sabe que al otro le molesta algo, hablar o callarse o echarle/la un capote para evitar una conversación que al otro le disgusta son esos gestos íntimos, solo exclusivos de ellos. Y que nadie percibe", asegura Cahue, en dichos que son reproducidos por el diario ABC.
Hay gestos de amor aún más difíciles de detectar. La psicóloga explica algunos de ellos: "La conexión con la persona querida también se demuestra cuando la pupila se dilata. Cuando se tocan con gestos cariñosos y delicados, como pasar la mano suavemente por el hombro. Cuando en compañía de un grupo, la pareja se encuentra alejada y termina por acortar esa distancia y juntarse. Cuando el tono con el que se hablan entre ellos es más confidencial y bajo en volumen, no porque quieran mantener algo en secreto sino porque existe una complicidad. La complicidad va acompañada de un gesto de comprensión: 'estamos de acuerdo'; de una sonrisa y de un rostro relajado".
Y en el día las muestras de cariño son continuas. "Siempre basadas en el respeto", asegura Cahue. "Las llamadas a diario para ver como estás, para informar si vas o no a comer como una forma de respeto hacia la persona con la que se convive y se comparte espacio, tiempo y vida, no como forma de pedir permiso", detalla.
Entre dos personas que se quieren todos los días se produce siempre un pequeño gesto de reconocimiento, atención y cariño, que demuestra que el otro es especial. Cahue lo ilustra con algunos ejemplos: "El hecho de preparar una cosita especial para la cena, de comprar unas entradas para ver una película en el cine el fin de semana, darse un beso antes de marcharse a trabajar o de buenas noches, las ganas por llegar a casa o que llegue el fin de semana por estar juntos".