Durante marzo se celebra el Mes Internacional del Agua, recurso esencial para la vida, la supervivencia de los ecosistemas y el denominador común de todos los retos del desarrollo sustentable, siendo una gota de agua necesaria para producir alimentos como también energía, y para lo cual todos los 22 de marzo las Naciones Unidas dedica un espacio para crear conciencia sobre su cuidado.
Su importancia es tema a considerar, ya que el 71% de la superficie terrestre está cubierta por agua, pero sólo el 2,8% de ella es dulce. Chile es privilegiado en cuanto a recursos hídricos, con más de mil 200 ríos y 3 mil 500 glaciares repartidos desde Arica a la Antártica, donde nuestro país destaca como poseedor de la tercera reserva de agua dulce del mundo.
“En Chile no nos falta agua, el problema es que manejamos mal la que ya tenemos, lo que es cada vez más importante ante el crecimiento de la población mundial”, asegura el ex secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Riego y gerente general de MÁS Recursos Naturales, Felipe Martin, quien identifica algunos problemas que existen en la actualidad.
Uno de ellos es la heterogénea distribución del recurso por regiones. “En el norte existe un déficit hídrico estructural y en el sur la oferta disponible irá disminuyendo como consecuencia del cambio climático”, explica Martin, aludiendo que necesitamos almacenar y movilizar el agua en períodos donde abunda, permitiéndole a otras zonas sobrellevar largos períodos con bajas precipitaciones y mayores temperaturas.
En la actualidad una gran cantidad de agua dulce llega al mar sin antes ser aprovechada, donde “el agua de río llega en sólo 24 horas de la cordillera al mar. Además un 84% de este recurso se vierte en aguas saladas sin antes ser almacenada o utilizada, lo que ocurre producto de una evidente falta de infraestructura hídrica”, comenta el experto en recursos hídricos y energéticos.
Como posibles soluciones, el experto resalta la necesidad de construir obras que mitiguen los efectos del cambio climático como embalses, mejoramiento de canales, ya que “evitarán que las zonas más afectadas de Chile caigan en déficit hídrico estructural".
Además afirma que es necesario inertir en infraestructura, para que el país pueda tener una mejor "conectividad hidráulica de norte a sur".