“No podemos vivir sin aceites o grasas”, advierte el presidente del Colegio de Nutricionistas de la Universidad de Chile, Samuel Durán, pero el gran problema del mundo occidental es que el consumo supera los niveles recomendados o come demasiada saturada, omega 6 o grasa trans, las grasas malas.
El peligro: un aumento de las enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en occidente, y también en Chile.
“Una persona debe consumir entre un 20% y 30% de las Calorías totales como grasas por día”, advierte Durán. Esto es, para un adulto que necesita 2.000 Caloría por jornada, se requieren entre 44 y 76 gramos de grasas y aceites. En el caso de un niño, que debe comer 1.200 Calorías, se necesitan entre 26 y 40 gramos.
Sin embargo, no basta con adecuarse a la cantidad recomendada, sino que este porcentaje debe estar repartido entre los tres tipos de grasas que existen (evitando siempre las grasas trans). En este sentido, el equilibrio que recomiendan los nutricionistas es un tercio de cada una de ellas.
TIPOS DE GRASAS
“El problema es que se consume demasiada grasa saturada a partir de las carnes procesadas (cecinas, vienesas, longanizas y las carnes en general)”, advierte el nutricionista. También, es alta la ingesta de poliinsaturadas, como el aceite de maravilla, y del omega 6, presente en estos aceites vegetales (excepto el oliva) y las frituras. A esto se suma la cantidad de grasa trans “presente en las frituras, margarinas baratas de barra o las galletas”, señala Durán.
IMPORTANTES PARA VIVIR
No se puede, sin embargo, eliminar el consumo de grasas, porque son un elemento fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, por eso es importante estar consciente también de sus beneficios.
RECOMENDACIONES
La primera que señala Samuel Durán es la moderación en la ingesta de este tipo de alimentos; además de evitar las grasas trans y reducir el consumo de alimentos procesados (como las vienesas, patés y longanizas) y las frituras, ricos en grasa saturada.
Por otra parte, recomienda preferir el aceite de oliva o de canola y comer paltas; aceites y alimentos ricos en grasa monoinsaturada y que contiene una gran cantidad de antioxidantes y fitosteroles, sustancias que bloquean la entrada del colesterol en nuestro cuerpo.
En cuanto a los lácteos, poseen una grasa saturada “neutra” y “no es tan mala como se pensaba”. Y, sobre todo, hay que incrementar la ingesta de omega 3, presente en pescados grasos como el jurel, salmón, atún y sardinas. “Esa grasa es saludable y se recomiendan dos trozos semales”.
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