A tan solo unos 1.300 km del Polo Norte, existe un archipiélago noruego llamado Svalbard en donde se ubica Longyearbyen, el asentamiento humano más septentrional del mundo con cerca de dos mil habitantes.
Se trata de un lugar que cuenta con aspectos muy llamativos como que el oso polar es el rey del territorio, por lo que si sales fuera de la ciudad tienes que movilizarte armado. Además, en invierno el sol no se aparece y en verano no se va, mientras que en los meses de oscuridad se pueden ver las auroras boreales.
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Sin embargo, Longyearbyen cuenta con una peculiaridad mayor: ¿Es cierto que es ilegal morir ahí?
Si bien no es ilegal morir en Longyearbyen, lo que no se permite es ser sepultado ahí.
¿Por qué no podemos ser sepultados en Longyearbyen?
La razón de por qué los seres humanos no podemos ser sepultados en Longyearbyen radica en que en este lugar del mundo se da el llamado Permafrost, es decir, un terreno que está congelado y en el cual los cuerpos no se descomponen.
Cuando un cuerpo se conserva, existe el peligro de la propagación de los virus y que los cadáveres diseminen enfermedades. Ejemplo de esto fue lo que pasó en 1998, cuando un equipo de investigadores exhumó varios cuerpos de marineros y encontró en ellos virus de una epidemia mortal de gripe que arrasó esta localidad minera en 1918.
Por lo tanto, las personas al borde de la muerte suelen ser trasladadas a Noruega continental para ser tratadas ahí. Sin embargo, si llegaras a fallecer ahí, puedes ser cremado, o enviado a Noruega continental.
¿Es posible nacer en Longyearbyen?
Además de no poder ser sepultado en Longyearbyen, tampoco puedes nacer ahí ya que el hospital no está capacitado para recibir bebés. La ley obliga a las mujeres embarazadas a abandonar la isla al menos 3 semanas antes de la fecha prevista del nacimiento, pero siempre hay excepciones a la regla.
Cabe destacar que en Svalbard se encuentra la Bóveda Global de Semillas, una verdadera "Arca de Noé" de especies vegetales la cual fue construida en 2008 con el único objetivo de preservar la biodiversidad de cultivos ante una catástrofe, ya sea natural o humanitaria.
Un gigantesco almacén subterráneo que soporta terremotos y bombas nucleares, además de mantenerse a salvo de las consecuencias del calentamiento global.
¿Y tú? ¿Te arriesgarías a viajar a este frío y curioso lugar? ¿Que más esconderá Svalbard?