En plena pandemia mundial por el coronavirus COVID-19, en varios países se mantiene el confinamiento y las clases presenciales suspendidas, sin embargo, se realizan clases online.
Esto viven los alumnos de la Escuela General Espejo de Mendoza, Argentina, para poder avanzar con las materias y no perder el año escolar.
En ese contexto, Claudia Arabena, profesora de artes plásticas del establecimiento, le pidió a sus alumnos que entregaran un trabajo “con lo que tengan en casa”.
Y así fue como Luciano, un niño de 11 años, la sorprendió con su obra de arte, donde plasmó su creatividad e ingenio.
En su humilde hogar no hay ni cartulina, ni plumones, menos revistas, temperas u otros accesorios para crear, sin embargo, no fue un impedimento para hacer su tarea.
El niño usó la tierra mezclada con agua, para delimitar el cuerpo de un dinosaurio, con ayuda de palitos, graficó las garras y dientes del animal y agregó color con polvo de ladrillo, el cual sirvió para demarcar las espinas del lomo.
Finalmente, para terminar por completo su tarea, el pequeño agregó su firma con palitos, escribiendo “Tano”.
Sus padres capturaron la obra de arte y le enviaron el mensaje a la profesora.
“Envío cada quince días las tareas, y luego hago una devolución de cada trabajo. Cuando ví la imagen quedé impactada, es una obra que representa muy bien el arte efímero. Lo compartí con mis colegas, y la sensación fue la misma” explicó la profesora a Infobae.
Según narró al citado medio, el niño y su familia se mudó junto a sus dos hermanos y papás a la casa de su abuela materna. Bajo ese marco agregó: “Me da una satisfacción enorme saber que lo hizo aún lejos de su casa. Quiero rescatar el trabajo de los chicos que, a pesar del entorno, tienen ganas de seguir adelante. Eso valoriza mucho más su obra”.