El medio de los rumores de una posible nueva ruptura con Justin Bieber, Selena Gomez decidió alejarse de todo y partió a Sidney con un grupo de amigos.
La cantante fue paparazzeada disfrutando del sol en un yate, imágenes en las que aparece en bikini, el que deja ver su abdomen que no está completamente plano, y la gran cicatriz que le quedó tras ser trasplantada de un riñón.
Por dichas imágenes, que aparecieron en varios medios del mundo, muchos comenzaron a insultarla y a llamarla gorda.
"El mito de la belleza: una obsesión por la perfección física que atrapa a la mujer moderna en un ciclo interminable de desesperanza, autoconciencia y odio hacia sí misma mientras trata de cumplir con la imposible definición de belleza impecable de la sociedad. Elegí cuidarme porque quiero, no para demostrar nada a nadie", escribió.
Rápidamente, el video se llenó de comentarios a favor de sus palabras y de fanáticos que la apoyaron y le recordaron lo hermosa que es.