Son las 16.30 horas de uno de los últimos sábados de noviembre y Juan Pablo Camacho Martíno se prepara para ingresar a pabellón. El primer chileno nacido en la Antártica sonríe ante el llamado de 24Horas.cl y advierte que en caso de que llegue el paciente que operará, deberá cortar el llamado.

El “Pingüino”, como lo apodan sus amigos y conocidos por su vínculo con la zona austral del mundo,  siguió los pasos de su padre, Germán, y se transformó en médico cirujano. Hoy a sus 30 años recién cumplidos recuerda el hecho que ha marcado toda su vida.

El chileno fue el primero del mundo en ser concebido en la región, ya que meses antes habían dado a luz mujeres argentinas que llegaron embarazadas a territorio blanco: “Estoy mega agradecido de todo el esfuerzo que se hizo, porque gracias a eso estoy vivo.  Fue una misión muy bonita. Todos buscaron salir adelante y colonizar la Antártica con su aporte y yo soy fruto de eso, porque eso es la Antártica… mucha camaradería, e incluso recalco que en ese momento estábamos en plena Guerra Fría y eso daba lo mismo”, dice Camacho Martíno, quien sueña con volver y conocer el lugar donde nació.

“Yo estoy agradecido.  Más grande supe que me otorgaron la beca Presidente de la República por haber nacido en el lugar”, reconoce el que hoy es padre de un hijo y que junto a su esposa espera el segundo.

LA MISIÓN ANTÁRTICA

En el marco de la política antártica y a fin de fortalecer los derechos de soberanía en la Continente Blanco, el 9 de abril de 1984 se inaugura Villa “Las Estrellas”, primer y único poblado asentado en ese territorio. Antes que esto se consideró la base Rodolfo Marsh Martín, posteriormente conocida como Eduardo Frei Montalva.

Fueron seis las primeras familias colonas que habitaron en el lugar, las que llegaron tras un proceso de selección que consideró test sicológicos.

“Todos desempeñaban alguna función en la base.  Mi señora era enfermera, por lo tanto era un respaldo para formar un equipo médico. Todas las familias tenían alguna función vinculada con la base: dos pilotos, un meteorólogo y controladores de tránsito aéreo. Éramos seis matrimonios y cuatro niños originalmente”, dice Germán Camacho, oficial que viajó en calidad de oficial de la FACh y como médico cirujano, pero que en la práctica, según reconoce, tuvo que actuar como sicólogo, encargado de turismo, anfitrión y “maestro chasquilla”.

Las otras cinco familias restantes fueron la del Comandante de Grupo Germán Fuschlocher; el Capitán de Bandada Carlos Salazar; Capitán de Bandada Edmundo Asenjo; Capitán de Bandada Roberto Marchelli y el Capitán de Bandada Marcos Arévalo.

EL NACIMIENTO DE JUAN PABLO CAMACHO

El reloj marcaba las 06.30 horas del 21 de noviembre de 1984. La luz sol, como es típico en la Antártica en primavera y verano, iluminaba tal como si fuesen las 12 del día del territorio continental.

En el ambiente se respiraba una sensación especial. Los rusos, polacos, argentinos y chinos estaban muy atentos con lo que ocurriría en la improvisada enfermería chilena. Y es que el matrimonio Camacho Martíno era muy querido por sus pares,  y en esta ocasión hacían noticia por el nacimiento de su tercer hijo.

Un equipo médico traído desde Chile se encargó de la intervención que trajo como fruto al menor que pesó 3 kilos 700 gramos y midió 50 centímetros, en un parto normal.

"El parto se realizó en la enfermería de Villa Las Estrellas, una casa equipada para funcionar como un centro asistencial con lo necesario para atender partos y realizar cirugías. Atendió el parto un  equipo multi profesional formado por un médico obstetra, pediatra, anestesista y  matronas" , recuerda Ana María Martíno, quien aún añora el silencio, la pureza del aire de la Antártica y complementa.

"Contábamos con la implementación de todo lo necesario para un parto normal o una cesárea. También frente a una eventual emergencia estuvo el avión Hércules preparado para evacuarnos si fuera necesario. Juan Pablo nació a las seis y media de la mañana por parto normal,  en medio de una gran ventisca y la expectación y felicidad de todos ¡¡¡Era un niño sano y  hermoso!!!", dice la mujer que no puede olvidar las tormentas que inflaban hasta los vidrios de las casas, las nubes rosadas, los témpanos de diferentes colores, la flora y fauna.

Los niños se transformaron en una de las atracciones en este desértico lugar.  Ellos recibían golosinas y otras atenciones por parte del resto de las delegaciones en el sector. 

“Juan Pablo todos los días se dormía en los brazos de uno de los rusos. Adoraban a los niños a tal punto que se enojaban ellos conmigo cuando yo los castigaba”, dice el padre del primer chileno nacido en territorio blanco.y agrega.

“Los polacos cuando se enteraron de la noticia nos enviaron flores y pepinillos, unos productos muy apetecidos en ese momento y lugar”, reflexiona el cirujano que estuvo prácticamente dos años en el lugar sin salir de allá.

LA DOTACIÓN EN LA ANTÁRTICA

La dotación en 1984 estuvo compuesta por 42 efectivos de la FACh, entre oficiales, Personal del Cuadro Permanente, soldados y empleados civiles.

En ese tiempo no era raro construir muebles, ser educador, transformar una casa en hospital, o trabajar como guía turístico.  

Actualmente son 13 las casas existentes en Villa Las Estrellas, de las que ocho pertenecen a la Fuerza Aérea, 3 a la DGAC, una al Ministerio de Educación y una al INACH.

Villa Las Estrellas, está compuesta principalmente por integrantes de la Fuerza Aérea de Chile, quienes comparten su vida profesional y personal en las dependencias de la Base Aérea Antártica Presidente Eduardo Frei Montalva las 24 horas del día.

ACUERDOS VIGENTES EN LA ANTÁRTICA

El Tratado Antártico se firmó el 1° de diciembre de 1959 en Washington y entró en vigencia el 23 de junio de 1961.

A través de éste, se brinda un marco normativo en relación a: el uso pacífico de la Antártica; la cooperación para la investigación científica; intercambio de informaciones; el régimen de inspecciones de las actividades que se realizan en la Antártica; la condición de statu quo de las reclamaciones territoriales de siete de los países signatarios, entre los cuales se encuentra Chile; la estructura orgánica; las actividades de terceros Estados en la Antártica; y las normas y convenciones para la conservación de los recursos y del ambiente. 

El Tratado designa a la Antártica como una región de paz y cooperación, abordando además las cuestiones relacionadas con los reclamos de soberanía. Establece que: “en interés de toda la humanidad que la Antártica continúe utilizándose siempre exclusivamente para fines pacíficos y que no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional”. 

El Tratado fue firmado por los doce países que habían desarrollado actividades en el Continente Blanco durante el Año Geofísico Internacional (1957-58). Los países signatarios fueron: Argentina, Nueva Zelandia, Australia, Noruega, Bélgica, Sudáfrica, Rusia, Chile, Francia, Gran Bretaña, Japón y Estados Unidos.

Estos países adquirieron automáticamente la condición de Miembros Consultivos.  El 50° Aniversario del Tratado fue celebrado el día 6 de abril de 2009 en Washington, con una Declaración Ministerial de los Países Partes.