Adrien Brody se alzó este domingo con el segundo Óscar de su carrera a mejor actor por 'The Brutalist', derrotando a Timothée Chalamet ('Un completo desconocido'), Colman Domingo ('Las vidas de Sing Sing'), Ralph Fiennes ('Conclave') y Sebastian Stan ('The Apprentice. La historia de Trump').
El drama de posguerra 'The Brutalist' presenta la historia de László Toth (Brody), un visionario arquitecto que llega a Estados Unidos huyendo de la Europa bélica para reconstruir su vida y su matrimonio junto a su esposa.
"Creo que si la historia puede enseñarnos algo, es un recordatorio de que no debemos dejar que el odio venza, no dejemos que se convierta en un factor determinante", dijo un emocionado Brody que incluso pidió disculpas por alargarse en su discurso.
Segundos antes había afirmado que con esta película buscaba "representar los traumas persistentes, las repercusiones de la guerra y la opresión sistemática del antisemitismo y el racismo", abogando por un mundo "más feliz e inclusivo".
Brody ya había ganado el Óscar a mejor actor en 2003 por 'El pianista'.