Al ritmo actual de pérdida de masa, una nueva investigación proyecta que los glaciares patagónicos podrían desaparecer en los próximos 250 años.
Durante las últimas dos décadas, las observaciones planetarias satelitales han registrado una rápida pérdida de masa de los glaciares patagónicos, lo que contribuye aproximadamente 0,07 mm anuales al aumento global del nivel del mar.
Un estudio publicado en Nature Communications vincula esta pérdida de masa con un desplazamiento hacia los polos de los sistemas de alta presión subtropicales. Este cambio a gran escala en la circulación atmosférica trae más aire cálido a la Patagonia, acelerando así el derretimiento de los glaciares.
Ubicada en los Andes meridionales, entre Chile y Argentina, la Patagonia alberga la región glaciar más extensa y húmeda del hemisferio sur fuera de la Antártida.
"Los Andes meridionales actúan como una barrera natural, bloqueando los vientos del oeste cargados de humedad del océano Pacífico", explica Brice Noël, climatólogo de la Universidad de Lieja. "Como resultado, los glaciares reciben localmente más de quince metros de nieve al año, especialmente en el flanco occidental de los Andes".
Llegan hasta el nivel del mar
Si bien la acumulación de nieve a mayor altitud contribuye al crecimiento de los glaciares, el derretimiento rápido se produce a menor altitud. Los glaciares pueden extenderse hasta el nivel del mar, donde el aire más cálido provoca un deshielo estival considerable. Esta agua de deshielo finalmente se filtra al océano, provocando el aumento del nivel del mar, añade Noël.
Los científicos estiman que, desde la década de 1940, los glaciares patagónicos han perdido más de una cuarta parte de su volumen total de hielo, lo que ha elevado el nivel del mar global en 3,7 mm.
Más deshielo que nevadas
El equipo de investigación de Lieja, Lovaina y Delft estimó el balance de masa superficial de los glaciares patagónicos desde 1940; es decir, la diferencia entre las nevadas invernales y la escorrentía de agua de deshielo en verano.
Utilizamos MAR, nuestro modelo climático regional desarrollado en la Universidad de Lieja, añade Xavier Fettweis, climatólogo de la ULiège. MAR es un modelo climático polar que simula los procesos de nieve y hielo en una cuadrícula espacial de cinco kilómetros, demasiado burda para representar los glaciares patagónicos a pequeña escala.
"Una alta resolución espacial es esencial para estudiar el balance de masa superficial de los glaciares en la Patagonia, por lo que refinamos espacialmente nuestro modelo a una cuadrícula de 500 metros", señala Noël. Los modelos de menor resolución no logran capturar con precisión las estrechas lenguas glaciares que se derriten rápidamente ni estimar precipitaciones realistas sobre los escarpados Andes.
"Nuestro modelo de alta resolución se ajusta estrechamente a las observaciones in situ y satelitales de pérdida de masa", confirma Bert Wouters, de la Universidad Tecnológica de Delft.
¿Qué impulsa la pérdida de masa glaciar? La pérdida sostenida de masa desde 1940 se atribuye a un aumento a largo plazo de la escorrentía de agua de deshielo hacia el océano, consecuencia del calentamiento atmosférico en la Patagonia.
"Identificamos el aumento de la escorrentía superficial como el principal impulsor de la pérdida de masa glaciar, ya que las nevadas se han mantenido estables desde la década de 1940", explica Noël. La escorrentía superficial se intensifica cuando el firn (la capa de nieve perenne y porosa que cubre las zonas glaciares superiores) se derrite, dejando al descubierto el hielo desnudo subyacente.
"El hielo desnudo es más oscuro que el firn circundante, por lo que absorbe más energía solar, lo que a su vez favorece el derretimiento y la escorrentía", explica Stef Lhermitte, de la Universidad Católica de Lovaina (KU Leuven).
Desplazamiento de altas presiones subtropicales hacia los polos
Además del efecto del calentamiento global, los investigadores atribuyen el rápido aumento de las temperaturas patagónicas a un desplazamiento atmosférico a gran escala, por el cual los sistemas de altas presiones subtropicales migran hacia los polos. Este desplazamiento, observado durante los últimos cuarenta años, canaliza más aire cálido hacia la Patagonia, lo que amplifica la pérdida de masa. Las interacciones océano-atmósfera que sustentan este cambio en la circulación están impulsadas por el calentamiento global y es probable que persistan en el futuro.
"El derretimiento completo de los glaciares patagónicos podría elevar el nivel del mar global un centímetro más", advierte Noël. Su desaparición pondría en peligro a las comunidades sudamericanas que dependen del agua de deshielo estival.