Han pasado poco más de 4 años desde que Mirsa Ojeda Torres, de 35 años, fue víctima de un violento ataque por parte de su vecino en la ciudad de Puerto Montt.
Fue exactamente el 24 de mayo de 2019, cuando la mujer sufrió la mutilación de sus dedos -entre otras lesiones- por un hacha. Esto, luego de que el hombre que vivía al lado de ella decidiera intentar asesinarla por no tener relaciones sexuales con él.
Su recuperación ha sido larga y dolorosa. Si bien han transcurrido años desde el ataque, Mirsa dice seguir sintiendo angustia y miedo, pese a que el hombre está en la cárcel tras ser condenado a 7 años de privación de libertad por el crimen que cometió.
"No puedo llevar una vida normal por la pérdida de mis dedos. Yo tuve una fractura súper grave en la muñeca, me tuvieron que poner un fierro, entonces me falta un pedazo de hueso. Eso me provoca mucho dolor. No puedo usar la mano al cien por ciento", comenta a La Cuarta.
"Tengo el brazo casi inmóvil y me salió una joroba en la espalda que no me deja hacer nada, porque es un dolor terrible. Esa joroba me salió después del ataque. El hachazo me fracturó dos vertebras. Justo en eso me salió la joroba", agrega.
Si bien valora el apoyo y beneficios recibidos por parte de las autoridades, asegura haber quedado “totalmente abandonada en el tema de las terapias físicas. Yo estaba con mis terapias, pero después vino la pandemia y quedé en el aire, perdí todas las horas. Este mes recién me llamaron después de cuatro años esperando hora para psiquiatra, y estoy recién empezando con eso. (El psiquiatra) me encontró súper mal”.
Y es justamente en ese aspecto que Mirsa dice estar sufriendo una pesadilla.
“Estoy medicada, pero estoy con el tratamiento desde hace tres años, entonces ya no me está haciendo efecto. Tengo pesadillas todos los días, despierto con crisis de pánico, me falta el aire, siento que me van a venir a matar. Todos los días es lo mismo, entonces no puedo dormir. Ando todo el día mal, llorando, angustiada”, revela.
"Estoy durmiendo y empiezo a sentir como que me ahorcan. Cuando abro los ojos, le veo la cara a ese maldito. El otro día soñaba que me apuñalaban y sentía el cuchillo en mi piel. Los sueños son muy reales y todos sangrientos. Es una cosa horrible”, añade.
La atacó por negarse a tener relaciones con él
Tras días de insistencia por parte del hombre, la mujer aceptó que éste la visitara en el hogar que arrendaba en el sector de Chaicas.
"Llegó como a las 21:00 horas con unas papas para compartir con mis hijitos", detalló, en junio de 2019, en el matinal de TVN.
Todo cambió cuando los menores se fueron a dormir. "Me quería besar y yo no quise. Empezó a insistir, y yo nada. Siempre le dije que era como amigo. De tanto que intentó pasarse yo lo eché de mi casa y se fue", recordó la mujer.
Tras irse a dormir, Mirsa escuchó un ruido afuera de su casa y salió a mirar.
"Vi a dos personas; era él con su sobrino. Sentí un golpe en la cabeza y no sé cuánto tiempo habrá pasado. Desperté y me faltaban dos dedos, tenía la muñeca hecha pedazos", relató.