El que pudo ser un hurto más a bordo de un bus, hoy tiene a una madre angustiada que pide, desesperada, que quien tenga el contenido del equipaje lo devuelva, aunque sea anónimamente.
Se trata del robo de una mochila en la que iban las cenizas de su hijo Jonathan, quien murió en agosto de 2020 de un paro cardíaco.
Tras su fallecimiento, su madre tardó dos años en juntar el dinero para poder pagar un vuelo a Venezuela y, en su ciudad natal, lanzar sus cenizas al mar.
El lamentable hecho ocurrió el pasado 5 de junio, cuando Milagros tomó un bus desde Castro hacia Santiago con parada en Temuco. "No duermo, vivo esperando que alguien llame y me diga que las tiene (...) es difícil pensar que la pueden profanar, botar a la basura", señaló.
La mujer hizo la denuncia respectiva y el caso ya lo tomó la Fiscalía, el único organismo que podría pedir las cámaras de seguridad del terminal e investigar, pero hasta ahora no hay avances.
Ante esta situación, la madre hace un llamado a la empatía, la alteridad, y pide que quien las tenga, las cuide y las devuelva en una comisaría, una iglesia o en el mismo terminal de Temuco, anónimanete, porque sólo quiere recuperar a su hijo y despedirlo.