Una mujer boliviana falleció en la localidad fronteriza de Colchane, en el área limítrofe entre Chile y Bolivia, a unos 2.000 kilómetros de la capital chilena, según informaron este domingo autoridades locales.
Según antecedentes preliminares, la mujer se encontraba en el dispositivo de emergencia migrante en Colchane -un campamento destinado a personas que ingresaron irregularmente al país- cuando sufrió un repentino desvanecimiento. Personal médico intentó reanimarla sin éxito y falleció luego en el centro de salud de la comuna.
El lunes pasado, el cuerpo sin vida de un joven de nacionalidad colombiana fue encontrado en el sector de Achauta cercano a la localidad de Pisiga Carpa en la comuna de Colchane.
“Ingresen a Chile de manera regular y por pasos habilitados. Esta es la segunda persona que pierde la vida en menos de una semana tras cruzar por un paso no autorizado. La situación es alarmante y evidencia que el ingreso irregular persiste en nuestra frontera", dijo el alcalde de Colchane, Javier García Choque, a medios locales.
Agregó que "las condiciones climáticas y la altitud de la cordillera son mortales para quienes no están familiarizados con ellas. Es crucial que se respeten las normas y se busque el ingreso legal al país”.
La migración irregular no es un fenómeno nuevo en Chile, pero en los últimos años se disparó exponencialmente. Cerca de 44.000 personas ingresaron de forma irregular durante 2023 vía pasos clandestinos, según la Policía de Investigaciones (PDI).
Desde la Cancillería, Chile ha subrayado la necesidad de establecer una coordinación regional para enfrentar los fenómenos migratorios, que en el caso de Venezuela ya superan los seis millones de personas, comparable con la huida de la guerra civil en Siria y los intentos por llegar a Europa a través del Mediterráneo.
La ley de migraciones, promulgada en 2021 bajo la segunda administración del expresidente Sebastián Piñera (2018-2022), exige obtener visas en los consulados chilenos de los países de origen para evitar que extranjeros ingresen como turistas y cambien su calidad migratoria para buscar trabajo.
El Observatorio de la Migración Responsable registró que en 2021 la cifra de entradas irregulares al país se triplicó y pasó de poco más de 16.000 en 2020 a 56.856.