"Jamás pensé que podía estar ahí". Esta fue la reacción de Victoria Hinojosa tras enterarse que su hermana, Elena Hinojosa, y su sobrino, Eduardo Páez, habrían sido asesinados por Hugo Bustamante.
Ambas víctimas corresponden a una madre y su hijo que desaparecieron hace 28 años, sobre quienes existía una denuncia por presunta desgracia desde 1996.
En una entrevista dada a la periodista Ivonne Toro, autora del libro "La niña Ámbar", el sujeto reconoció haber perpetrado un doble homicidio en la década de los 90 que no habría sido investigado por las autoridades.
En su confesión, Hugo Bustamante aludió a que Hinojosa y Páez fueron asesinados al interior de su domicilio ubicado en calle Cobadonga 641, en la comuna de Villa Alemana.
"El 20 de junio del 95 desapareció mi hermana. Lo tengo grabado aquí (apunta su cabeza), porque había un acontencimiento importante y tenía que ir a mi casa", recuerda Victoria.
En conversación exclusiva con 24Horas, la mujer manifestó que "jamás pensé que podía estar ahí", en alusión a la vivienda del criminal.
"Menos mal esta niña (Ivonne Toro) se puso a buscar, sino no los habríamos encontrado...fueron 30 años", afirmó.
Ahora, la Policía de Investigaciones (PDI) y el Servicio Médico Legal trabajan para determinar si los cuerpos encontrados en Cobadonga 641 corresponden a la madre e hijo desaparecidos en 1996.
En ese sentido, Victoria Hinojosa manifiesta sentirse "más tranquila" tras la confesión y posible hallazgo de los restos de su hermana.
¿Quiénes eran Elena Hinojosa y Eduardo Páez?
55 y 27 años tenían, respectivamente, Elena Hinojosa Cerca y Eduardo Páez Hinojosa al momento de desaparecer.
Quienes conocieron a ambos mencionan que la madre y su hijo eran "muy unidos", ya que no mantenían mucha comunicación con otros miembros de la familia. En esa época, vivían en el sector de El Tamarugo, en la comuna de Villa Alemana.
La mujer se dedicaba a la cocinera, mientras que el joven mantenía antecedentes penales. Y es precisamente en este contexto que conoció a Hugo Bustamante.
Los antecedentes recabados a la fecha establecen que Eduardo Páez y el "Asesino del tambor" iniciaron una amistad al interior de la cárcel, pues ambos fueron detenidos por robo.
Al salir mantuvieron contacto y fue tiempo después que el autor del crimen de Ámbar Cornejo se contactó con Elena Hinojosa para informarle que su hijo estaba secuestrado, llevándola a su domicilio, en Covadonga 641, para "ayudarla".
Sin embargo, en aquel lugar ambos habrían sido asesinados y enterrados a varios metros de profundidad.
Karem Mascareña Hinojosa, prima y sobrina de las víctimas, recuerda que Elena Hinojosa "desapareció de un día para otro (...) nosotros nos dimos cuenta al día siguiente, porque la puerta de su casa estaba abierta y ella muy cuidadosa en temas de seguridad".
"Es recordada por sus amigos con muchísimo cariño, porque era una mujer muy entregada a hacer amigos y compartir", concluyó.