La hipótesis que toma más fuerza es que los tres carabineros asesinados en Cañete fueron ejecutados. La emboscada apunta -por ahora- a grupos radicalizados vinculados al crimen organizado.
Según las primeras tesis de la investigación, todo habría comenzado en un sector costero a 5 kilómetros del incendio de la camioneta blindada.
De momento, se conoce que los asesinos manejaron el vehículo policial con los cuerpos luego de dispararles. Y, para no dejar evidencias, alteraron el sitio del suceso y provocaron el incendio.
La última señal de GPS se activó en la localidad de Quidico, comuna de Tirúa. En ese lugar, los mártires verificaban el arresto domiciliario de una persona investigada por drogas y porte de armas.
Se presume que en ese punto fueron emboscados y asesinados. Luego los criminales manejaron la camioneta policial por al menos 5 kilómetros, para luego incendiarla, el propósito era borrar huellas y enviar un mensaje.
Parte de la estrategia de búsqueda está en el toque de queda, que -por ejemplo- permite mantener despejadas las rutas durante la noche ante un inminente operativo. El propósito es copar las zonas de riesgo, donde siguen trabajando los equipos especializados las 24 horas del día.
El grupo que está detrás tendría características de crimen organizado y radicalizado. Otras de sus finalidades, sería tomar el control de la zona.