Ricardo Ramírez, un adulto mayor de 81 años viaja todos los días s más de 100 kilómetros para trabajar como conserje nocturno en un edificio de Viña del Mar, debido a que recibe una pensión mínima que no le alcanza para vivir y así poder cuidar a su esposa.
Ramírez vive en Quillota, y según contó a 24 Horas debe caminar cerca de cuatro cuadras para poder tomar una micro que lo deje en la Ciudad Jardín, alcanzando las cerca de dos horas de viaje.
Asimismo reveló que el quiere estar con su esposa, Rosa Bugueño, "porque resulta que pasa ya en sus años, se da porrazos", por lo que mantiene una constante preocupación por ella que también es recíproca ya que ella también señaló que "quisiera que no trabajara más. Vivo con los nervios de punta".
Actualmente Ricardo se encuentra con licencia hace 15 días, y desde su edificio le ofrecieron dos millones de pesos para dejar su trabajo, pero no quiere perder sus años de servicio ya que lleva 20 años en dicho lugar.
"Los mil pesos ahora son 10 mil pesos, no es nada, por eso los dos millones son irrisorios", señaló, agregando que "yo llego casi a las 10 en la mañana casi a dormir y de ahí a las cinco de la tarde tengo que estar yéndome" sostuvo Ricardo.
Además de ello, los residentes del edificio se encuentran preocupados, dicen que ningún conserje cuenta con las medidas sanitarias adecuadas.
"No hay demarcaciones de distanciamiento, no hay dispensador de alcohol gel, no les entregaban mascarillas ni implementos de seguridad a los propios conserjes", sostuvo Javiera Bolados, vecina del edificio.
Este es un ejemplo de muchas realidades que golpean a los adultos mayores en plena emergencia sanitaria, en especial a esta pareja que lo único que desea y aspira es disfrutar una vejez digna.