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Informe Especial: "Abusos, sotanas y encubrimientos"

El reportaje de Santiago Pavlovic analizó las denuncias de abusos sexuales en la Iglesia Católica y el rol de las autoridades eclesiásticas en estos casos. La región de Aysén es una de las más azotadas: 400 casos en cinco años en una población de unos 120 mil habitantes.

24Horas.cl TVN

Martes 26 de junio de 2018

El nuevo reportaje de Informe Especial, titulado “Abusos, sotanas y encubrimientos” y liderado por Santiago Pavlovic, abordó una serie de denuncias de abusos sexuales cometidas al interior de la Iglesia Católica y analizó el rol de algunos obispos en esos casos.

La investigación reveló relatos impactantes de abusos contados por sus propias víctimas y de denuncias que nunca fueron atendidas.

¿Tienen responsabilidad las autoridades eclesiásticas al no denunciar a la justicia ordinaria y cambiar a los sacerdotes acusados de parroquias o diócesis? ¿Qué daños provocó esta actitud de silencio y olvido?

Los enviados papales, Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, llegaron a Chile y recopilaron denuncias de todo el país. Siendo Aysén una de las más azotadas por los abusos sexuales de menores. 400 casos en cinco años en una población de unos 120.000 habitantes.

 

El párroco de Villa Prat, Sergio Díaz, se ha convertido en defensor de víctimas, receptor de denuncias y crítico de los altos mandos de la Iglesia. “Los obispos están cagados de la cabeza. Eso me duele. No aman a la gente, no aman a los pobres. Esta no es la Iglesia de Cristo”, expresó.

¿Debe la Iglesia indemnizar a víctimas de abusos? En Estados Unidos ya se han pagado más de 4 mil millones de dólares en demandas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes.

Además, el equipo conversó con Anne Barret Doyle, de Brishop-Accountability.org, quienes publicaron hace poco una lista de 100 curas chilenos y extranjeros que operaron en Chile, acusados por abuso contra menores. En ella aparecen dos obispos chilenos y más de 80 sacerdotes y diáconos.

“Conocemos una minúscula fracción de sacerdotes abusadores en Chile y creo que hay muchos más ejerciendo el sacerdocio. Es crucial que estos perpetradores sean identificados. Mientras ellos estén allí, los niños chilenos no estarán seguros”, sostuvo Barret Doyle.