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Informe Especial | 1987: Eran cinco jóvenes...

Julio Muñoz, Manuel Sepúlveda, José Julián Peña, Alejandro Pinochet y Gonzalo Fuenzalida fueron detenidos entre el 9 y el 10 de septiembre de 1987, un año antes del plebiscito y en su desaparición participó la CNI, la DINA y el comando de aviación del Ejército, también detectives, carabineros y funcionarios civiles. Un equipo de Informe Especial, liderado por Santiago Pavlovic se sumergió en los expedientes de esta causa, que tuvo a 34 personas condenadas como autores y encubridores.

24horas.cl

Domingo 20 de agosto de 2023

Fueron 34 personas las condenadas como autores y encubridores de los secuestros calificados de cinco jóvenes comunistas.

La mayor pena, de 15 años de cárcel, recayó sobre el director de la época de la CNI, el general de Ejército Hugo Salas Wenzel y Álvaro Corbalán, jefe operativo del organismo represor.

Se trata de Julio Muñoz, Manuel Sepúlveda, José Julián Peña, Alejandro Pinochet y Gonzalo Fuenzalida, quienes fueron detenidos entre el 9 y el 10 de septiembre de 1987, un año antes del plebiscito.

Un equipo de Informe Especial, liderado por Santiago Pavlovic, se sumergió en los expedientes de esta causa y en la historia de estos jóvenes comunistas que celebraron la llegada de Salvador Allende al poder y que lloraron su muerte.

Julio Muñoz Otárola

Estudiante de metalurgia en Copiapó y oriundo de Coya. En palabras de su hermana, Patricia Muñoz, Julio, miembro de las Juventudes Comunistas (JJCC) del Partido Comunista (PC), llegó a su casa a los pocos días del Golpe de Estado y relató a su familia cómo vivieron la represión en su casa universitaria.

A los pocos años, específicamente en 1979, en plena clandestinidad y mientras trabajaba en Codelco, se convirtió en secretario general de la JJCC.

Al poco tiempo quedó cesante y en 1983 se inició en el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), donde conoció a Cecilia Magni, alias "comandante Tamara", con quien contrajo matrimonio en Machalí.

Sin embargo, no vivieron juntos mucho tiempo, pues comenzaron a pensar distinto, porque en 1986, luego del atentado a Augusto Pinochet en Las Achupallas, quedó en evidencia la fractura en el brazo armado del PC. Estaban los apoyaban la línea del conglomerado y los que seguían la tendencia autónoma de los comandantes dirigidos por Manuel Pelegrín, alias "comandante José Miguel" y Magni, exesposa de Muñoz.

"El matrimonio con Cecilia se termina por este tema, porque ella toma la parte autónoma y Julio se queda en la línea del partido y eso lo dicen declaraciones abiertas en tribunales", dijo Nodina Muñoz, hermana de Julio.

Manuel Sepúlveda Sánchez

Era un joven porteño que estudió tornería mecánica, deportista y también militaba en las JJCC. Se casó a corta edad y su viuda, Verónica Bravo, relató que en 1985 se hizo miembro del FPMR

Sus andanzas en la clandestinidad lo alejaron de su familia y las discusiones por su rol de padre se volvieron recurrentes.

"Me decía: 'Lo que estoy haciendo es por ustedes, para que esto cambie'", indicó Verónica.

A la fecha, no se ha acreditado si participó en atentados, bombazos y apagones. No obstante, para quienes estaban a la cabeza de la dictadura, su participación era un acto terrorista.

José Julián Peña Maltés

Fue alumno de la Universidad Técnica del Estado. Sus cercanos lo definen como un disciplinado miembro del conglomerado que había cumplido misiones internacionales. No salía de noche ni participaba en protestas.

Mara Peñaloza, expareja de Peña, relató que "su personalidad era muy ligada a su partido, todo lo que él era, era por su partido. Él, incluso, me contó que no sabía que venía a Chile y después de que se embarcó a un avión le informaron que venía a algunas tareas al país".

 A él se le confiaban grandes cantidades de dinero para solventar los agstos de los militantes clandestinos.

Alejandro Pinochet

Era un joven técnico automotriz de Valparaíso que en 1986 decidió ir a Santiago. Sus familiares no lo vieron nunca más. El joven alegre y deportista se convertió en frentista.

Alejandro tenía razones, incluso familiares, para arriesgar la vida en contra de la dictadura, pues su padre comunista fue aprehendido e internado durante semanas en el mercante Lebu.

Gonzalo Fuenzalida Navarrete

Su madre, Digna Navarrete, contó que no tuvo la oportunidad de ir a la enseñanza media ni a la universidad, por lo que se dedicó a las labores del hogar. Más tarde, junto a su hermano, se unió al FPMR.

"Yo sabía (que eran frentistas). Ese es otro de mis grandes dolores, porque ellos llegaban y me decían: 'Digna, despiértame a las 2 de la mañana', yo los despertaba y yo sabía lo que estaban haciendo, por eso, cuando detuvieron a Gonzalo yo me sentía responsable", señaló la madre.


Como se mencionó anteriormente, el atentado contra Pinochet fue la gran fractura entre el FPMR y el PC, pues la directiva del conglomerado no estaba enterada de esta acción. Los comandantes frentistas ya no respondían al partido, al cual sí atendían los cinco jóvenes que eran seguidos y que, posteriormente, fueron secuestrados.

Al año siguiente, entre el 9 y 10 de septiembre de 1987, en diversos operativos fueron capturados Pinochet, Fuenzalida, Muñoz, Sepúlveda y Peña.

A la fecha se ignora cuántos días permanecieron en cuativerio en el Cuartel Borgoño, pero en aquella época se hablaba que podían ser canjeados por el coronel Carlos Carreño, quien fue secuestrado por el FPMR el 1 de septiembre de 1987.

No obstante, el 3 de diciembre del mismo año, Carreño fue liberado en la puerta de un diario de Sao Paulo. Mientras que en Santiago no se sabía nada de los cinco jóvenes desaparecidos, por lo que los familiares acudieron a la Vicaría de la Solidaridad.

Finalmente, se decidió la muerte y definitiva desaparición de los detenidos. En su ejecución participó la CNI, la DINA y el comando de aviación del Ejército, también detectives, carabineros y funcionarios civiles. En total fueron 34 personas las condenadas como autores y encubridores de los secuestros calificados de los cinco jóvenes comunistas.