Tal parece que el líder norcoreano, Kim Jong-un, no necesita disparar un misil para atraer la atención del mundo. Tiene armas mucho más poderosas en su arsenal: sus emisarias mujeres.
En la última ofensiva de "encanto", guardó lo mejor para el final: su hermana.
Kim Yo-jong hipnotizó al público surcoreano.
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Mientras entraba al palacio presidencial llevando una nota manuscrita de su hermano, cada detalle fue analizado en directo por televisión.
Su blusa brillante, cómo se peinó, cada pequeño gesto.
Algunos medios incluso decidieron discutir sobre sus pecas, en lugar de mencionar que figura en la lista negra de Washington por supuestos abusos contra los derechos humanos.
Casi podía sentirse el estremecimiento de emoción cuando llegó a la ceremonia de inauguración de las Olimpiadas de Invierno de PyeongChang. Los cuellos se estiraron y los teléfonos celulares se mantuvieron en alto para capturar el momento.
Me encontré, como los demás, inclinándome tanto como pude sobre el balcón para intentar verla en los exclusivos asientos en la parte de abajo.
Kim Yo-jong le ha puesto una cara humana a un régimen hermético y secreto en suelo surcoreano.
"Es extraño y asombroso. Nunca he visto a un norcoreano antes", me dijo un joven.
La reina de relaciones públicas
Pero no olvidemos que Kim Yo-jong es la reina de relaciones públicas de Pyongyang. Es el cerebro detrás de la imagen de su hermano, y en esta ocasión, dominó la representación que los medios hicieron de su país.
"Ver a un miembro de la familia Kim en carne y hueso es tan inusual para los surcoreanos que no sorprende que hayan quedado fascinados con ella ", explicó Jean Lee, exjefa de noticias de la agencia AP en Pyongyang.
"Pero también muestra lo astutos que son los norcoreanos", dijo.
"Envían a la mujer más bella. Francamente cuando vas a Corea del Norte, hay hombres que son físicamente muy atractivos. Me han dicho que a veces su trabajo consiste en seducirnos para que pensemos que al país y a la gente no les va tan mal".
La seducción comenzó hace semanas cuando Corea del Norte envió a Seúl a la exvocalista de las Moranbong, un grupo musical conformado solo por mujeres.
Hyun Song-wol recorrió la ciudad en búsqueda de un lugar para que se presentara la llamada "tropa de las artes" de Corea del Norte, compuesta por 140 músicos, cantantes y bailarines.
Una vez más, se mencionó más su estola de piel que el hecho de que solo hace cinco meses Corea del Norte realizó su última prueba nuclear.
Luego llegó a Corea del Sur el "ejército de las bellezas". Este grupo de mujeres, seleccionadas por su buen aspecto físico, talento y lealtad al régimen se bajaron del autobús en fila llevando todas el mismo atuendo: abrigos rojos, sombreros de piel negros y botas tobilleras.
En Corea del Sur, un país obsesionado con el cuidado de la piel, estas jóvenes norcoreanas son vistas como ejemplos de belleza natural e inocencia.
"Honrar al general Kim"
Una desertora norcoreana me dijo que su trabajo consistía en salir y conquistar con una sonrisa. Han Seo-hee fue miembro tanto del equipo de animadoras como de la "tropa de las artes".
"Debíamos promover la ideología Juche (la autosuficiencia socialista norcoreana). Éramos combatientes en el primer frente.
Pensábamos que íbamos al corazón del enemigo para mostrarle lo orgullosos que estábamos de nuestro país".
Han Seo-hee abandonó Corea del Norte porque su hermano desertó. Si se hubiese quedado ella y su familia podían terminar en prisión.
Ahora disfruta de la libertad que tiene en Corea del Sur mientras recuerda los tres meses de entrenamiento ideológico que recibió.
"Nos decían que no debíamos sorprendernos ante el mundo desconocido y que no debíamos olvidar nuestro país ni por un minuto. No podíamos olvidar que estábamos allí para honrar al general Kim".
Esta suerte de idolatría hacia un líder es ajena a una generación más joven de surcoreanos que no se deja seducir tan fácilmente por los invitados de Pyongyang.
Jóvenes entre 20 y 30 años protestaron en redes sociales por la decisión del presidente surcoreano, Moon Jae-in, de integrar a deportistas norcoreanas al equipo de hockey de hielo.
Los índices de aprobación hacia Moon Jae-in no se han recuperado por completo.
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