Durante la tarde-noche del lunes, luego de indagatorias policiales se hallaron los restos de Fernanda Maciel, la joven embarazada que desapareció el 10 de febrero de 2018 en la comuna de Conchalí. Personal policial encontró los restos en una bodega, a unos 40 metros de la vivienda de la mujer.
El cuerpo estaba envuelto con un trozo de lona, las mismas que utiliza las empresas para encarpar los eventos. A un lado de los restos, se encontraba el brasier que Fernanda utilizaba aquel día y las llaves de la bodega que supuestamente su amigo Felipe Rojas había devuelto al dueño del recinto.
Un vecino habría escuchado la tarde de aquel 10 de febrero golpes en su muralla, sumado a la declaración de la testigo clave, que es la última pareja que tuvo Rojas. Esto permitió el lunes el hallazgo del cuerpo.
Según fuentes de la investigación y a la que tuvo acceso 24 Horas, Fernanda ingresó a la casa, a la que todos llaman bodega. Al interior, Felipe Rojas aparentemente habría intentado abusar de ella. Forcejearon, ella se golpeó la cabeza y él la habría estrangulado, siendo esa la causa de su muerte.
Según los investigadores, posterior a ello el presunto homicida la habría envuelto en la lona. Cavó una pequeña fosa y la enterró en el lugar. Es la forma de su posición fetal la que hace presumir que el ocultamiento del cuerpo fue inmediatamente después de que fuera asesinada.
Una vez que la dejó en la fosa, Rojas habría agregado cal y posteriormente cemento. Eso, según la fiscalía, imposibilitó que los restos pudiesen ser descubiertos.
A eso, los investigadores suman el hecho que cuando se hicieron excavaciones previas, y analizadas por tecnología, se concentraran en sectores donde la tierra parecía removida. Donde estaba Fernanda, la tierra estaba absolutamente compacta. Puede deberse a que Rojas, como declaró en algún momento, trabajó en la construcción.
Todos estos detalles serán expuestos este jueves en la audiencia de formalización de cargos.