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Los adultos mayores son los que más se suicidan en Chile

La tasa de los suicidios de adultos mayores en Brasil, por ejemplo, es de 9,6 por cada 100.000 personas, en tanto Chile, tiene una tasa del 13,6 suicidios por cada 100.000 personas

Agencia AFP

© Foto: Agencia Uno.

Jueves 2 de agosto de 2018

El suicidio reciente de una pareja de ancianos ha suscitado un debate en Chile sobre las condiciones de vida de un segmento de la población que tiene una creciente esperanza de vida y por tanto más riesgos de enfermedad y soledad.

Jorge Olivares Castro, de 84 años, disparó un tiro en la sien de su esposa Elsa Ayala Castro, de 89, antes de quitarse la vida. Llevaban 55 años casados, sin hijos, y a Elsa, que padecía cáncer y demencia senil la iban a internar en una residencia.

Lo tenían preparado. El mismo día en que decidieron poner fin a su existencia, invitaron a desayunar a una paramédico que se había encariñado con ellos y que los visitaba regularmente, según señala el diario La Tercera.

Esta semana, otros dos ancianos, padres de una persona con síndrome de Down, fallecieron en su cama, según las primeras informaciones, de inanición.

La tercera edad es el segmento que más decide quitarse la vida en Chile, con una tasa del 13,6 suicidios por cada 100.000 personas -una de la más altas del continente-, en comparación con el 10,2 en promedio en el conjunto de la población chilena, según Ana Paula Vieira, psicóloga y gerontóloga, autora de un estudio sobre la vejez.

La tasa de los suicidios de adultos mayores en Brasil, por ejemplo, es de 9,6 por cada 100.000 personas.

Con el 88% del total, los que más se suicidan en Chile son los hombres, los más proclives a la pérdida "de la identidad social" cuando se jubilan.

En un país con la mayor esperanza de vida de la región, donde las mujeres viven de media 85 años y los hombres 80, la vida de los 2,8 millones de adultos mayores (16,2% de la población) no siempre es fácil.

"Los factores de riesgo son múltiples", asegura a la AFP Vieira.

A la soledad, el aislamiento social, la desesperanza, la falta de sentido a la vida, las enfermedades crónicas irreversibles y la sobrecarga del cuidador -en general el cónyuge- o el sentimiento de ser una carga se suma el factor educativo -a menos educación más aislamiento y pobreza- y la caída significativa de los ingresos en la jubilación.

- Abandono -

A diferencia de los intentos en otras edades en las que solo uno de cada 200 intentos se consuma, en el caso de las personas mayores la decisión parece inquebrantable: uno de cada cuatro intentos se lleva a cabo.

Para Rosa Kornfeld, directora del centro de estudios de vejez y envejecimiento de la Universidad Católica de Chile, "las políticas (públicas) no han estado muy bien enfocadas" en este sector vulnerable e "invisible".

"Hay mucho abandono", dice, y culpa de ello al "Estado, a la sociedad civil, a la comuna y a los mismos mayores", ya que estos no reclaman a las instituciones porque "sienten que no les toman en cuenta". "No hay atención priorizada", asegura.

A la resistencia a entrar en centros geriátricos -según la última Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez, el 55,8% de los adultos mayores de 75 años prefiere quedarse en casa- se suma la falta de plazas en muchos de ellos.

Pero el envejecimiento de la población no es exclusivo de Chile. Según estimaciones de Naciones Unidas, en un lapso de 35 años la población mayor de 60 años en la región pasará del actual 11% al 25%, casi la mitad de tiempo de lo que tardó Europa en recorrer el mismo camino.

Hacia 2050, se proyecta que 26% de los adultos mayores tengan más de 80 años, aunque en Chile superará el 30%.

"No vale la pena vivir más si vamos a vivir mal", recuerda Kornfeld.