Quizás pocos chilenos se encuentran en conocimiento que a mediados de los años 60 se instaló una base estadounidense en la Isla de Pascua.
Su instalación se produjo porque los norteamericanos necesitaban un lugar en el océano para dar utilidad a un satélite espía en el contexto de Guerra Fría.
El desembarco de barcos de guerra "gringos" por el sector de Anakena fue un hecho que todavía es recordado.
Los mil habitantes que en ese entonces habían en la isla aprovecharon la situación para acceder a un sinnúmero de productos a los que, por cuestiones geográficas, no tenían acceso.
También trajo modernidad en un pueblo preferentemente austero, acelerando la llegada de luz eléctrica y agua potable.
Así pasaron cinco años donde se fusionaron ambas culturas en todo aspecto, incluido el mestizaje. En este sentido, existen en la isla una veintena de casos de hijos que nunca conocieron a sus padres.
Otro aspecto en el que los estadounidenses aportaron fue en el levantamiento de moáis caídos y el arribo de aviones turísticos.
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