Las autoridades de Uganda confirmaron este sábado (24.09.2022) que ya son cuatro los muertos por ébola desde que un nuevo brote de esta enfermedad fue declarado el pasado martes 20 de septiembre, y que hay registrados ya once contagios. Hasta el momento, han sido identificados 58 contactos que están siendo rastreados para evitar la propagación del mal.
"En las últimas 24 horas se registraron tres nuevas muertes", dijo el Ministerio de Salud en un comunicado. Esos decesos se suman a uno registrado previamente. Todos los fallecimientos ocurrieron en el distrito de Mubende, a unos 150 kilómetros al oeste de la capital, Kampala. Si se suman las muertes sospechosas de ébola, esta cifra asciende a 11, ocho de las cuales se produjeron en comunidades y tres en centros asistenciales.
Uganda declaró este martes un brote de ébola tras confirmar un caso en el distrito de Mubende (centro), donde un hombre de 24 años murió por la enfermedad que causa ese virus. Se trató de un contagio con la poco habitual cepa de Sudán, según los resultados de los análisis de las muestras tomadas al hombre y tras una investigación de seis muertes sospechosas que ocurrieron en el distrito este mes.
Un brote hace tres años
Se han registrado siete brotes anteriores de la cepa de Sudán, cuatro en Uganda y tres en Sudán, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Uganda notificó por última vez en 2012 un brote de esta cepa, para la que no existe una vacuna aprobada, a diferencia de la cepa de Zaire, registrada en epidemias de la enfermedad en la vecina República Democrática del Congo (RDC).
En 2019, Uganda experimentó un brote de la cepa de Zaire en el que el virus fue importado de la RDC, que luchaba entonces contra una gran epidemia en su región nororiental. Descubierto en 1976 en la RDC -entonces llamada Zaire-, el ébola es una enfermedad grave, a menudo mortal, que afecta a humanos y otros primates y se transmite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados.
Esta fiebre causa hemorragias graves y sus primeros síntomas son fiebre repentina y alta, debilidad intensa y dolor muscular, de cabeza y de garganta, además de vómitos. Tiene seis cepas diferentes, tres de las cuales (Bundibugyo, Sudán y Zaire) han causado previamente grandes epidemias, como la que asoló África occidental de 2014 a 2016, cuando murieron 11.300 personas y hubo más de 28.500 casos.