A los golpes terminó una sesión del parlamento de Georgia, luego que un legislador opositor agredió a otro oficialista, en el marco del debate por un polémico proyecto de ley.
Se trata de una idea que busca que cualquier organización política independiente que reciba más del 20% de su financiamiento, deba registrarse como una organización que responde a intereses extranjeros.
La iniciativa es apoyada por el gobierno y es considerada como un retroceso en términos de autoritarismo y, además, se critica que está influenciada por Rusia.
Este hecho ha generado protestas en las afueras del congreso y complica las aspiraciones de este país de ser parte de la Unión Europea.
Durante las sesiones del lunes las tensiones desembocaron en un ataque del diputado opositor Alexandr Elisashvili, del partido Ciudadanos, que golpeó a Mdinaradze, tras lo cual fue expulsado de la sede del órgano legislativo.
MIRA EL MOMENTO:
La semana pasada el primer ministro georgiano, Irakli Kobajidze afirmó durante una reunión del Gobierno de Georgia que las autoridades "solo conocen el 18 % de las fuentes y objetivos de financiamiento de las organizaciones no gubernamentales en el país".
"En vistas a esto, volvemos a presentar el proyecto de ley sobre la transparencia de la influencia extranjera. En una sociedad democrática no existe alternativa a la transparencia. El proyecto de ley solo prevé la declaración anual de las fuentes de financiamiento por parte de las ONG y los medios", añadió.
Kobajidze señaló que en marzo del año pasado, cuando este proyecto de ley fue presentado por primera vez y desató masivas protestas populares que obligaron al Gobierno a desecharlo, "la sociedad fue engañada".
"No podrán engañar por segunda vez a la sociedad. La falta de transparencia es totalmente inadmisible para nosotros", dijo.
La oposición denuncia que esta norma legal podría convertirse en un instrumento para reprimir la disidencia al igual que lo hace Rusia con una ley similar