Trabajadores del operador ferroviario nacional en Corea del Sur iniciaron una huelga indefinida este jueves tras el fracaso de sus negociaciones salariales, en una nueva muestra del descontento entre sindicatos y Gobierno en un momento fuertemente marcado por la declaración de la ley marcial el pasado martes en el país asiático.
La huelga, que implica a los trabajadores de Korea Railroad (KORAIL), operador estatal, supone la primera desde septiembre de 2023 y afectará las operaciones de los servicios de metro en el área de la capital, los trenes de alta velocidad KTX y los servicios de trenes regulares en todo el país.
La compañía ha establecido transporte de emergencia para minimizar interrupciones en el tráfico, mientras que el Gobierno surcoreano también planea operar un grupo de trabajo con agencias relacionadas y gobiernos locales hasta que termine la huelga.
KORAIL y el sindicato no lograron llegar a un avance durante las conversaciones de último minuto celebradas este miércoles, pero el sindicato ha dicho que está listo para reanudar las conversaciones si la dirección cambia su rumbo.
Algunas líneas de tren y metro sufrieron retrasos y cancelaciones este jueves, como fue el caso de las líneas de metro 1, 3 y 4 en el área de la capital, así como los trenes de alta velocidad KTX y los trenes regulares.
Esta huelga se produce también días después de que el presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, anunciara el martes la imposición de la ley marcial en una declaración televisada para proteger el "orden constitucional" de actividades "anti-estatales", de las que acusa al principal bloque de la oposición, el Partido Democrático (PD).
El anuncio llegó después de que el PD, que tiene mayoría en la Asamblea Nacional (Parlamento), aprobara sin contar con el apoyo del Partido del Poder Popular (PPP) de Yoon unos presupuestos generales para 2025 con múltiples recortes, además de mociones para destituir al fiscal general y al responsable de la Junta de Auditoría e Inspección, encargada de monitorizar las cuentas de los organismos públicos.
La presión de la oposición y de los sindicatos, con los que el Gobierno tiene una pésima relación desde Yoon que fuera elegido presidente en 2022, son clave para entender la impactante decisión que tomó el presidente -que encara su posible destitución.