Un pez remo de aguas profundas, al cual se le considera un presagio de malas noticias, fue avistado una vez más en las costas de California, en Estados Unidos, siendo el tercer avistamiento de la especie en los últimos tres meses y número 22 en el último siglo.
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El animal fue encontrado en las orillas de Grandview Beach el pasado 6 de noviembre por Alison Laferriere de la institución Scripps de Oceanografía de la Universidad de California en San Diego, el cual fue recuperado por el Servicio de Pesca de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y transportado al Centro de Ciencias pesqueras del Suroeste.
"Tomamos muestras y congelamos el espécimen a la espera de estudiarlo más a fondo y conservarlo definitivamente en la Colección de Vertebrados Marinos", explicó el gerente de la Colección de Vertebrados Marinos de Scripps Oceanography, Ben Frable en una publicación en redes sociales. "Al igual que con el pez remo anterior, este espécimen y las muestras que se tomen de él podrán decirnos mucho sobre la biología, la anatomía, la genómica y la historia vital de los peces remo".
Según un comunicado de prensa de Scripps, el primer pez remo apareció en la cala La Jolla en agosto, un ejemplar de 3,9 metros y en buenas condiciones. Por otra parte, el segundo fue encontrado en septiembre en Huntington Beach, pero estaba en un estado bastante degradado.
"Este pez remo presenta una oportunidad única de obtener muestras frescas para análisis genómico, lo que nos permitirá estudiar las adaptaciones evolutivas que permiten a esta especie prosperar en entornos de aguas profundas” dijo Dahiana Arcila, bióloga marina y curadora de la Colección de Vertebrados Marinos de Scripps en el comunicado.
¿Por qué es considerado como un presagio de malas noticias?
Según la mitología japonesa, las apariciones del pez remo de aguas profundas se le atribuye a posibles y futuros tsunamis y terremotos, sin que esta versión tenga asidero en la ciencia. En 2010 se reportaron al menos una decena de terremotos en la costa de Japón, justo antes de que el país experimentara su mayor sismo registrado en marzo de 2011.
Diversas teorías sostienen que el movimiento tectónico que se produce en un terremoto mata a las especies, lo que hace que estas acaben en las playas justo antes de que se produzca un terremoto. Sin embargo, un estudio en 2019 no encontró correlación entre los avistamientos de la especie marina y la ocurrencia de los terremotos en Japón.
La especie, que rara vez es vista por los humanos, habita en el ecosistema menos explorado del mar: la zona mesopelágica, la cual se encuentra hasta 900 metros debajo de la superficie del océano.