El presidente de Argentina, Javier Milei, ordenó este lunes la disolución de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) tras una investigación que concluyó que "fue utilizada para actividades espurias como el espionaje interno, el tráfico de influencias y la persecución política e ideológica".
"Sin una supervisión efectiva, producto de intervenciones que se extendieron durante años, la proliferación de estas conductas constituyó una deuda con el sistema democrático y republicano que hoy comenzamos a saldar", indica un comunicado de la Presidencia publicado en la red social X.
Tras esta decisión, Milei dispuso la creación de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE), que dependerá directamente de él, y que tendrá el control de cuatro agencias "creadas con el fin de transformar y modernizar el sistema de inteligencia, promoviendo la excelencia y el profesionalismo en el desarrollo de sus tareas".
La SIDE continuará a cargo del actual interventor del organismo de Inteligencia, Sergio Neiffert, quien asumió el mes pasado el puesto al reemplazar a Silvestre Sívori. Las nuevas agencias son el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC) y la División de Asuntos Internos (DAI).