Migrantes temen que tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, se quedarán varados en la frontera sur de México, donde el Gobierno de Claudia Sheinbaum promete que habrá oportunidades de empleo y un desarrollo industrial pese a las restricciones migratorias.
En Tapachula, la principal ciudad del límite de México con Centroamérica, crece la preocupación entre migrantes, como el ecuatoriano Pablo Carrera, porque el Gobierno mexicano podría restringir el tránsito de los extranjeros tras el triunfo de Trump la semana pasada.
"Como persona, como humano, que se nos dé libre transito para poder seguir avanzando a la frontera, salimos de nuestro país con esa meta, pero hay mucha denigración con los migrantes", indicó Carrera a EFE.
Tan solo el primer día del mandato de Sheinbaum, el 1 de octubre, militares mataron a seis migrantes de Egipto, El Salvador y Perú en Chiapas, estado de la frontera sur, tras el despliegue de 36.000 elementos de las Fuerzas Armadas para tareas migratorias en la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (2018-2024).
Además, la frontera sur de México se consolidó en octubre como la zona más insegura del país, pues casi el 92 % de sus habitantes perciben inseguridad en medio de la violencia del crimen organizado, según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
"Hay que respetar leyes y normas en cada país, lo cual venimos haciendo, pero también que nos ayuden con mayor seguridad por lo que se vive en México", argumentó Carrera.